Un sentimiento del "ni amigos ni enemigos: entre vos y yo un abismo" (como reza una canción de una banda argentina).
Las partes en negritas son las que me parecieron mas importantes. En fin, solo mi gusto: el texto en general es bastante claro de por sí.
Respecto de Mario Wainstein, aca hay una breve reseña. Esto, junto con lo que el dice de la carcel militar, etc., creo que le da las "credenciales" como para opinar con conocimiento de causa y que nadie dude de su predilección por la paz con los palestinos y la creación de un Estado Palestino.
Saludos,
Buena Prensa, Buen Mundo!
Mario Wainstein es un periodista argentino, de tendencia progresista, residente en Israel hace mas de 30 años. Jefe de Redacción del diario AURORA. Co-fundador del Movimiento Shalom Ajshav (Paz Ahora) y activo militante por el dialogo palestino-israelí. El movimiento Shalom Ajshav, hizo movilizaciones multitudinarias en los años 90, y llego a movilizar a 1 millón de adherentes
Cuando un sueño se hace añicos... por Mario Wainstein.
Antes que nada debo hacer una aclaracion. Nuestros sabios dicen que no se debe juzgar lo que una persona dice en su momento de duelo o tristeza porque no son los mejores momentos de lucidez. Lo que voy a decir en esta nota -una de las más personales y graves que recuerdo en mi dilatada carrera periodistica- es producto de este momento y no se como pensaré dentro de una semanas o meses. Pero el periódico, sale todas las semanas y no puedo postergar mis sentimientos. Eludirlo seria engañar a mis lectores, algo que jamás he hecho, pese a quienes piensan lo contrario.
Toda mi vida fui muy nieto. Tan nieto como hijo y de mis dos abuelos sin incluir conyuges. Mi abuelo materno era un judío tradicionalista que iba todos los sabados a la sinagoga. El paterno era comunista y soñaba con un mundo sin opresores ni oprimidos, sin corruptos ni corrupción. Yo heredé a ambos como con una transfusión y no sólo por genes sino por largas y añoradas horas de convivencia en la cual los roles estaban claramente definidos: ellos hablaban, yo escuchaba.
Toda mi vida fui muy nieto. Tan nieto como hijo y de mis dos abuelos sin incluir conyuges. Mi abuelo materno era un judío tradicionalista que iba todos los sabados a la sinagoga. El paterno era comunista y soñaba con un mundo sin opresores ni oprimidos, sin corruptos ni corrupción. Yo heredé a ambos como con una transfusión y no sólo por genes sino por largas y añoradas horas de convivencia en la cual los roles estaban claramente definidos: ellos hablaban, yo escuchaba.
De mi vivencia infantil quedó fijado un cuadro imborrable, porque es muy impresionante para un niño ver a un abuelo llorando. Recuerdo a mi abuelo, sentado en el borde de la cama, contándome como después de denunciados los crimenes de Stalin por Nikita Jrushov llegó a su casa en Mendoza, la humilde cobradora del Partido Comunista, para retirar la cuota mensual. Mi abuelo, con ojos vidriosos y voz entrecortada, con una mezcla de indignación y dolor, me contaba como había descargado, en esa pobre mujer toda la frustracion de una vida entera: "Son ustedes los que deben pagarme a mí, por los daños y perjuicios que me ocasionaron por creerles y por engañarme durante toda la vida". Era inconsolable.
Vine a vivir a Israel, como nieto de un abuelo, y dediqué casi toda mi vida adulta a luchar por la reivindicación de los derechos de los postergados en general y de los palestinos en particular, como nieto del otro. Y no puedo creer como la historia se repite. Yo, que en una ocasión pagué con mi lugar de trabajo, mi actividad social en favor de los árabes de Lod; yo, que durante un año entero viví de mis ahorros sin trabajar para poder dedicarme, después de la Guerra del Líbano (nota BP: la del 82), a la actividad política en favor del diálogo con la OLP; yo, que preferí la cárcel militar durante la Intifada (nota BP: la primer intifada) en lugar de reprimir a los civiles de los territorios; yo, digo hoy que he desperdiciado mis energías, mis sueños, mi capacidad y gran parte de mi vida, y que he sido utilizado como idiota util y he sido sorprendido en mi buena fe.
Mientras yo exigía el dialogo y la creación de un Estado palestino, como consecuencia natural del sentimiento de solidaridad entre los pueblos, el palestino me apoyaba como consecuencia natural de su anhelo de quitarme a mi el derecho que yo reivindicaba para él. Estado palestino si, Estado judio no. Mientras yo buscaba afanosamente la fórmula del modus vivendi, un acuerdo honorable, una solución práctica para la convivencia armónica en un plano de igualdad, él buscaba justicia. Su justicia, en forma excluyente. Me hubieran avisado, porque para defender la justicia del sionismo y de mi presencia en este lugar podía muy bien ponerme en la primera línea de fuego. Yo entendía (y entiendo) que si la cuestión es un choque de justicias, no llegaremos jamas a ningun acuerdo, porque la justicia es inflexible, es absoluta, no se puede negociar. Con la justicia, como con la religión, se puede ir a la lucha armada hasta las ultimas consecuencias, hasta que uno de los dos aniquile fisicamente al otro. Porque en la justicia no hay renuncias, no hay misericordia, no hay consesiones. Sirve sólo para despertar fanatismos e ideologías totalitarias. No soy tonto, como parecen serlo muchos de ustedes, y se que no hay mas solución que la negociada. Tanto ustedes como nosotros estamos aquí para quedarnos y tenemos la opción de hacerlo bien o mal, con vida o con muerte. Hasta hace poco estaba dispuesto a hacer mucho para que lo hagamos bien, para que vivamos en paz, para que lleguemos a un acuerdo. Hoy no. Lo único que me interesa en este momento es que nos separemos para no verles nunca más la cara. Quiero construir una muralla invulnerable que nos separe y no los quiero ver más. No somos primos. En el mejor de los casos, vecinos que no se quieren. Yo, al menos, no los quiero. En ese asqueroso linchamiento, en Ramala participaron ustedes, todos ustedes, porque no fueron a buscar gente "especial". Participaron los que por casualidad estaban alli, lo que estadísticamente quiere decir "todos". No Hamás, no Yihad Islámico. Gente común. Embriagados de sangre. Yo con esa gente no quiero hacer ninguna paz. Sencillamente no los quiero ver más. No quiero entrar allí y no quiero que entren aquí. Y las emisiones de su estación de televisión tienen que ser codificadas, como los canales de pornografia, para evitar que perturben las mentes de menores. Cuando aquí se cometió un pogrom en Nazaret hasta yo humildemente desde esta columna lo condené con furia. Veinte de nuestros prominentes escritores fueron a dar el pésame. Y yo todavía estoy esperando que una persona, no digo ya un intelectual, un palestino cualquiera publique en la prensa, en la la radio, en la televisión su condena, su horror, su asco por lo que se hizo en Ramala. Después de 32 años de lucha, recién ahora se me ocurre preguntar: ¿donde esta el movimiento Paz Ahora de los palestinos? ¿Como puede ser que aqui estamos azuzando permanentemente a nuestros gobiernos para que sean mas flexibles y lo unico que obtenemos de los palestinos es cooperacion en ese mismo objetivo? ¿No se les ocurre que tambien alli se puede presionar al gobierno para que sea mas flexible? ¿De verdad se creen que toda la culpa es nuestra y toda la justicia es de ellos?
Mientras yo exigía el dialogo y la creación de un Estado palestino, como consecuencia natural del sentimiento de solidaridad entre los pueblos, el palestino me apoyaba como consecuencia natural de su anhelo de quitarme a mi el derecho que yo reivindicaba para él. Estado palestino si, Estado judio no. Mientras yo buscaba afanosamente la fórmula del modus vivendi, un acuerdo honorable, una solución práctica para la convivencia armónica en un plano de igualdad, él buscaba justicia. Su justicia, en forma excluyente. Me hubieran avisado, porque para defender la justicia del sionismo y de mi presencia en este lugar podía muy bien ponerme en la primera línea de fuego. Yo entendía (y entiendo) que si la cuestión es un choque de justicias, no llegaremos jamas a ningun acuerdo, porque la justicia es inflexible, es absoluta, no se puede negociar. Con la justicia, como con la religión, se puede ir a la lucha armada hasta las ultimas consecuencias, hasta que uno de los dos aniquile fisicamente al otro. Porque en la justicia no hay renuncias, no hay misericordia, no hay consesiones. Sirve sólo para despertar fanatismos e ideologías totalitarias. No soy tonto, como parecen serlo muchos de ustedes, y se que no hay mas solución que la negociada. Tanto ustedes como nosotros estamos aquí para quedarnos y tenemos la opción de hacerlo bien o mal, con vida o con muerte. Hasta hace poco estaba dispuesto a hacer mucho para que lo hagamos bien, para que vivamos en paz, para que lleguemos a un acuerdo. Hoy no. Lo único que me interesa en este momento es que nos separemos para no verles nunca más la cara. Quiero construir una muralla invulnerable que nos separe y no los quiero ver más. No somos primos. En el mejor de los casos, vecinos que no se quieren. Yo, al menos, no los quiero. En ese asqueroso linchamiento, en Ramala participaron ustedes, todos ustedes, porque no fueron a buscar gente "especial". Participaron los que por casualidad estaban alli, lo que estadísticamente quiere decir "todos". No Hamás, no Yihad Islámico. Gente común. Embriagados de sangre. Yo con esa gente no quiero hacer ninguna paz. Sencillamente no los quiero ver más. No quiero entrar allí y no quiero que entren aquí. Y las emisiones de su estación de televisión tienen que ser codificadas, como los canales de pornografia, para evitar que perturben las mentes de menores. Cuando aquí se cometió un pogrom en Nazaret hasta yo humildemente desde esta columna lo condené con furia. Veinte de nuestros prominentes escritores fueron a dar el pésame. Y yo todavía estoy esperando que una persona, no digo ya un intelectual, un palestino cualquiera publique en la prensa, en la la radio, en la televisión su condena, su horror, su asco por lo que se hizo en Ramala. Después de 32 años de lucha, recién ahora se me ocurre preguntar: ¿donde esta el movimiento Paz Ahora de los palestinos? ¿Como puede ser que aqui estamos azuzando permanentemente a nuestros gobiernos para que sean mas flexibles y lo unico que obtenemos de los palestinos es cooperacion en ese mismo objetivo? ¿No se les ocurre que tambien alli se puede presionar al gobierno para que sea mas flexible? ¿De verdad se creen que toda la culpa es nuestra y toda la justicia es de ellos?
Estamos al borde de una guerra horrorosa que puede no estallar. Pero si alguien se cree que para evitarla vamos a estar dispuestos a renunciar a nuestra razón de ser, está equivocado. Estoy ya bien cansado de entender siempre las sensibilidades palestinas, sin que nadie este dispuesto a escuchar cuales son las mias. Dicen que para ellos, la cuestión de honor es cardinal. Puede ser. En cuanto a mí, por algo que también tiene que ver con mis abuelos, cada vez que dicen que me quieren exterminar se me crean serios problemas digestivos. Y mas cuando se lo acompaña con un linchamiento. Al igual que mi abuelo de Mendoza, no creo en la trasmigración ni en la inmortalidad del alma. Sé, por lo tanto, que no me ve en esta angustia mía, copia de la suya. Hubiese querido preguntarle... que se hace con todo el vacío que queda en el pecho cuando un gran sueño se hace añicos.