jueves, octubre 26, 2006

Antisemitismo de izquierdas

Varias discusiones fueron disparadoras de la publicación de este artículo que tenía hace tiempo guardado. ¿La izquierda puede ser antisemita? ¿Es un fenomeno solamente de las derechas?
El texto apunta algunas reflexiones, basadas en escritos de Bobbio, para entender algunas conductas de la intelectualidad de izquierda.

Buena Prensa, Buen Mundo!


Algunas reflexiones sobre la izquierda autoritaria

Cuando los extremos se tocan, la extrema izquierda toma de la ultraderecha sus más deplorables taras. El antisemitismo es sólo una de ellas.

Con su habitual claridad, el filósofo y politólogo italiano, Norberto Bobbio, ha definido y replanteado las diferencias entre izquierda y derecha de cara al siglo XXI. En un breve libro titulado Derecha e Izquierda, aparecido por vez primera en italiano en 1995 y editado posteriormente en español, Bobbio establece los criterios para distinguir entre una política de izquierdas y una de derechas, sin ocultar su inclinación por la primera. La diferencia fundamental entre ambas se deriva, según Bobbio, de la actitud que cada una de las partes muestra, de manera sistemática, frente a la idea de igualdad. Aquellos que se declaran de izquierdas, a juicio de Bobbio, dan mayor importancia en su iniciativa política a lo que convierte a los hombres en iguales, o a las formas de atenuar y reducir los factores de desigualdad. Al contrario, los que se declaran de derechas, están convencidos de que las desigualdades son un dato no eliminable y que, al fin y al cabo, ni siquiera es pertinente desear su eliminación.
Bobbio, sin embargo, nos advierte sobre la existencia de otra díada, la de extremismo versus moderación, que pertenece a un universo político distinto que el de derecha/izquierda. Esta díada esta referida no al concepto de igualdad sino al de libertad. Así, puede decirse que existen tanto en la izquierda como en la derecha movimientos y doctrinas libertarios y autoritarios porque el criterio de la libertad sirve para distinguir el universo político no tanto respecto a los fines como respecto a los medios, o al método empleado para conseguir los fines. Bobbio extrae de la conjunción de libertad e igualdad un espectro político de cuatro categorías:

1- En la extrema izquierda se encuentran los movimientos a la vez igualitarios y autoritarios;
2- En el centro-izquierda, doctrinas y movimientos a la vez igualitarios y libertarios, a los que hoy podríamos aplicar la expresión "socialismo liberal," incluyendo en ella a todos los partidos socialdemócratas;
3- En el centro-derecha, doctrinas y movimientos a la vez libertarios y no igualitarios, que se afirman y se detienen en la igualdad frente a la ley;
4- En la extrema derecha , doctrinas y movimientos antiliberales y anti-igualitarios, entre los cuales resaltan los ejemplos históricos del nazismo y el fascismo.

La mediocridad democrática
Una de las tesis centrales de Bobbio, y sobre la cual quiero detenerme ahora, radica en el hecho de que los extremos se tocan. Aun con programas políticos distintos, una izquierda autoritaria y una derecha radical pueden llegar a converger en ciertos principios como el ser anti-democráticos y el ser catastrofistas. Tanto extremistas de izquierda como de derecha sospechan de la democracia incluso desde el punto de vista de las virtudes que alimenta. Tanto para unos como para otros, democracia es sinónimo de mediocracia, entendida ésta no sólo como el dominio de la clase media sino también como el dominio de los mediocres. Así, el tema de la mediocridad democrática es típicamente fascista, pero encuentra también su ambiente natural en el radicalismo revolucionario. Ambos extremos comparten también la suposición de que el cambio esperado debe suceder en un lapso reducido de tiempo y a través de una transformación radical que sacuda totalmente los cimientos de la antigua sociedad.
No es casual, por tanto, que ciertos autores, pensadores e ideólogos lleguen a ser estudiados y admirados con la misma devoción tanto en la izquierda autoritaria como en la derecha radical. Bobbio nos recuerda que Carl Schmitt, quien durante un cierto tiempo fue no sólo el inspirador, sino también el guía político del estado nazi, ha sido, por lo menos en Italia, redescubierto y rehabilitado, sobre todo, por ciertos sectores de izquierda. Otro ejemplo es el de Georges Sorel, autor de las Reflexiones sobre la violencia, que tuvo políticamente la función de inspirador de los movimientos de izquierda: de él nació la corriente del sindicalismo revolucionario italiano. Sorel se convirtió en los últimos años, simultáneamente, en admirador de Lenin y de Mussolini, y muchos de sus colegas italianos confluyeron en el fascismo.
Las corrientes antidemocráticas que fluyen en la extrema izquierda la han conducido a identificarse y a mostrar solidaridad con proyectos totalitarios, algunas veces de "izquierdas" pero otras veces no, que se han desarrollado en diferentes puntos del planeta. Así sucedió con Stalin y Pol Pot (Nota BP: agregaría también a la Irán Islamica). Vemos recientemente como José Saramago, el Nobel portugués, que se ha autodenominado "un comunista hormonal", ha hecho malabarismos antes de condenar violaciones a derechos humanos efectuadas por el gobierno de Fidel Castro. De igual forma, unos días después de los atentados del 11 de septiembre, un conocido periodista mexicano reconocido por su personal militancia en la izquierda, citó alegremente a un cantante chileno que comentó "una de las torres que vaya a la salud de Chile." Sería éste uno de los numerosos casos en los que las acciones de Al Qaeda fueron vistas con satisfacción, comprensión y hasta simpatía por parte de la extrema izquierda a pesar de -o quizás debido a- sus reivindicaciones de carácter totalitario.

El nexo antisemita
Estas corrientes anti-democráticas contenidas en la extrema izquierda y en la ultra-derecha, facilitan la erupción y legitimación de tendencias antisemitas en su propio seno. Los extremos vuelven a tocarse y hasta a fusionarse. Profundamente anti-democrática, la ultraderecha hace extensiva a la izquierda autoritaria su tendencia judeófoba. No debe sorprendernos encontrar los argumentos antisemitas favoritos de la derecha en manos de intelectuales y políticos identificados con la tradicional extrema izquierda. A este respecto varios ejemplos recientes resultan especialmente contundentes.
Alan Dershowitz muestra en su reciente libro The Case For Israel, cómo dos hombres representantes de polos opuestos de la realidad política norteamericana, pueden llegar a converger en su actitud frente al Holocausto y las corrientes negacionistas. Se trata del ultraconservador Patrick Buchanan y el destacado lingüista y representante de la izquierda radical, Noam Chomsky. Buchanan es un típico antisemita de derechas. Ha manifestado serias dudas acerca de si los judíos fueron realmente gaseados en Treblinka. Un artículo en el New Republic señala que "una gran parte del material en el que Buchanan basa sus artículos proviene de bandas pro-nazis y antisemitas". Más extraño resulta el caso de Noam Chomsky, quien siendo judío, prologó uno de los libros de Robert Faurisson. Este profesor de literatura francesa en la universidad de Lyon definió al Holocausto como un engaño. El Holocausto, según Faurisson, nunca existió, y eran los judíos los que cargaban con la responsabilidad de la Segunda Guerra Mundial. Faurisson fue suspendido de la universidad de Lyon por un semestre y Chomsky se adhirió a la protesta por su suspensión. Chomsky, cuyas posiciones antisionistas son ampliamente conocidas, defendió a Faurisson arguyendo el derecho a la libre expresión y alegando, también, sus méritos académicos. Después de firmar una petición, escribió un ensayo que fue usado como prólogo del siguiente libro de Faurisson, en el que nuevamente se hace referencia al engaño del Holocausto.
Más conocidas entre el público de habla hispana han sido las más o menos recientes expresiones antisemitas de José Saramago, gurú intelectual de ciertas corrientes de la izquierda autoritaria. Tras su visita a Ramallah en 2002, y su comparación de esta ciudad palestina con Auschwitz, Saramago ha concedido numerosas entrevistas y escrito artículos en los que ha sostenido que: "estamos hablando de un pueblo que vive preso de un imaginario enfermizo que le hace sentirse elegido;" que "los judíos arañan sin cesar su herida para que no deje de sangrar, para hacerla incurable, y la muestran al mundo como una bandera". En el mismo tono, ha adjudicado un carácter conspirativo al pueblo de Israel que "cuenta con el aparato propagandístico sionista internacional," término que no suena muy distante del de la "conspiración judía mundial" o "el judío internacional". Un "aparato propagandístico sionista internacional" seguramente estará manejado desde las sombras por un pueblo capaz de dirigir perversamente, a placer, los destinos del mundo. José Saramago, el "comunista hormonal", ¿estará enterado de que la junta militar argentina torturó personas bajo la acusación de ser sionistas, como en el célebre caso de Jacobo Timerman?
Asombrosamente, o quizás no tanto, el partido Izquierda Unida (partido de izquierdas parlamentario de España), se negó a asistir a la conmemoración del Holocausto, por sentirse "solidaria con la causa palestina y con los millones de muertos soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial." Como bien señaló la escritora y periodista española Pilar Rahola, "con esto Izquierda Unida ha demostrado que hay víctimas que no le conmueven."
La izquierda autoritaria, al igual que la ultraderecha, tiene serias dificultades para transar, para moderar los tonos cuando es necesario alcanzar un fin, para llegar a pactos con el adversario. Las dificultades de la izquierda autoritaria para moderar posiciones quedan bien ilustradas por el propio Saramago al afirmar que "si la izquierda se va al centro, en nombre de una política supuestamente necesaria en un momento determinado argumentando que los caminos no marchan hacia la radicalización -siempre hay una excusa para eso-, entonces la izquierda se va al centro, y a partir de ese momento se desmembra, pierde identidad." A muchos intelectuales -que normalmente tienen mayor tendencia al totalitarismo que la gente común- les gustan las realidades sin matices, son puristas. Por ello un intelectual de izquierdas como lo es el palestino naturalizado norteamericano, Edward Said, le dio la bienvenida a Biniamin Netanyahu cuando venció a Shimón Peres en las elecciones de 1996 con las siguientes palabras: "Es preferible un crudo y brutal Netaniahu, a un simulador pero también crudo y brutal... Peres."
Con amigos así…
Es cierto entonces que ha habido y existe hoy día una izquierda antisemita, tal y como existe la ultraderecha antisemita. El antisemitismo aparece con mucha mayor contundencia en las ideologías autoritarias de ambos extremos del mapa político. Recientemente ha habido un extraño acercamiento entre representantes de la derecha cristiana americana y algunos políticos de la derecha israelí. Los primeros ven en el retorno del pueblo judío a su tierra la realización de un designio divino, mesiánico y por lo tanto bregan para que Israel no se retire de territorios ocupados. Los segundos han encontrado un aliado táctico en esta variante de fundamentalismo cristiano. Se trata, sin duda alguna, de una alianza peligrosa. Este tipo de alianza puede revertirse y este fundamentalismo cristiano pro-israelí puede transformarse en antisemitismo una vez que se compruebe que el retorno del pueblo judío a su tierra no conduce a que los judíos acepten a Jesús Cristo y se conviertan al cristianismo.
Hay que desconfiar, así, de las derechas e izquierdas autoritarias aun y cuando aparezcan como posibles aliadas coyunturales. La lucha por la igualdad característica de la izquierda puede, volviendo a Bobbio, encausarse a través de medios democráticos y también violentos y autoritarios. En está segunda variante, la prudencia, la tolerancia, la paciente búsqueda de la mediación, se ven devaluadas, restringidas, lo que facilita las cosas para el florecimiento de ideologías totalitarias.

domingo, octubre 22, 2006

Abuso infantil

Un video que hace un llamamiento a la paz. Aparte de la música bastante cursi, me pareció un buen compilado y sobre todo un buen mensaje: que los niños sean niños.
Además muestra algunas de las cosas que ya se han tratado bastante en este blog.


Dejemoslos afuera de la guerra.
Paz.

Buena Prensa, Buen Mundo!

pd: saben lo que pienso de los clips y sus limitaciones analíticas. Lean el informe educativo palestino que está en la sección links!

jueves, octubre 19, 2006

Sionismo

Un poco de historia de la mano del sociólogo Gustavo Perednik. Extraído de El Catoblepas.
Sintetico, ilustrativo y honesto. Sin vueltas ni pretensiones mas allá de lo que dice.
BuenaPrensa, BuenMundo!
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El sionismo doblemente despojado


El sionismo es más antiguo de que usualmente se supone, y ha ayudado a árabes y a judíos mucho más de lo que ocultan sus demonizadores.

La población árabe que goza de mejor calidad de vida en Oriente Medio es la de Israel: el estatus de la mujer; el acceso a universidades, a servicios médicos y educativos; la libertad de expresión y organización. Sólo en Israel hay parlamentarios, jueces y periodistas árabes que se manifiestan sin restricciones. Todas las universidades palestinas fueron creadas por Israel. Es paradojal que el único movimiento que logró algo concreto para los árabes es el sionismo.

Su contrapartida, la ideología oficial del mundo árabe-musulmán y de una buena parte de Europa –el antisionismo– ha causado a su población sólo rezago y opresión.
Rezago, porque la energía de los pueblos árabes está trágicamente encaminada a destruir a Israel en lugar de hacer progresar sus propias sociedades. Opresión, porque es usado por los autócratas para perpetuarse en el poder culpando al exterior de sus propias miserias.

No hay corriente a la que se le perdone más excesos y brutalidades que al antisionismo, y no hay movimiento más demonizado que el sionismo. Un pequeño Estado cuya creación constituyó una apremiante necesidad, ha despertado una sostenida hostilidad.

Una y otra vez condenado, su imagen diabólica ya es parte del inconsciente europeo. Se presenta al sionismo como usurpador, imperial y violento, omitiendo lo esencial: que en aras de recobrar la patria del pueblo judío martirizado, estuvo dispuesto a aceptar un territorio infértil del tamaño de Luxemburgo, al que dedicó sus mejores esfuerzos para cultivar el desierto. Que gracias a esos esfuerzos ha logrado los mejores niveles de medicina, ciencia y tecnología de un Oriente Medio en el que cabe quinientas veces y con el que contrasta por carecer de petróleo.

El antisionismo ha transformado a Israel en «el judío» de los países: al que más se exige y denuesta, y al único al que se reclama justificar su existencia. Critica a Israel y omite las flagrantes violaciones de derechos humanos en el resto del mundo, sobre todo en el mundo de los enemigos de Israel que viven bajo opresión, misoginia y corrupción.

Su máximo portavoz hoy en día, el presidente iraní Ahmedineyad, volvió a arremeter hace unos días en el foro de la ONU (19-9-06): «La ocupación de Palestina es una tragedia, que constituye una amenaza para el Medio Oriente… Palestina ha sido conquistada bajo el pretexto de proteger una parte de los supervivientes de la Segunda Guerra Mundial. ¿La comunidad internacional puede tolerar una situación semejante?».

En su aseveración se combinan los dos despojos de los que el sionismo ha sido víctima: su benignidad y su antigüedad.

Los hebreos vinieron a trabajar la tierra, no a desposeer a nadie. La mayor parte de la tierra recuperada por los judíos era estatal y despoblada; pertenecía a los imperios otomano y británico. Allí el sionismo construyó kibutzim -aldeas colectivas-, moderna agricultura y universidades. De ello también se vieron beneficiados los árabes, a quienes sus líderes ofrecían sólo las alternativas de bombas, muerte y odio, que en caso del sionismo brillaban por su ausencia.

Léanse las memorias de los primeros sionistas prácticos que inmigraron a un desierto de paludismo y mosquitos con la única meta de dedicar su vida al trabajo de la tierra. A nadie conquistaron. Así se lee en el diario de Jaim Jisin, miembro del grupo sionista Bilu que con trece jóvenes arribó a las costas de Yafo el 10 de agosto de 1882:
«No he escrito por tres días porque estuve físicamente imposibilitado de hacerlo. Mis manos están llenas de ampollas y congestionadas de sangre; no pude enderezar los dedos. Cuando estaba en Rusia, soñaba con trabajar ocho horas diarias por día y dedicar a mi mente el resto del tiempo. Pero cómo puede el cerebro absorber nada cuando tu espalda está por quebrar y te abruma la fatiga más horrible, cuando todo lo que quieres es tomar tu plato de sopa y echarte en el sueño. En mi primer día de trabajo me levanté a las cinco, el momento de la aurora, y el trabajo comenzó a las seis. No bebíamos té a la mañana... veinte minutos después de partir estábamos en Mikve Israel, fundada en 1870 en una superficie de 1,8 km2. Allí iba a establecerse una escuela para enseñar a los mozalbetes el trabajo de la granja, pero la idea original fue abandonada y en el lugar hay una granja... debimos cavar treinta centímetros en la tierra y escardillar. Estábamos en hilera. No tenía la menor idea de lo que debía hacer... pero tomé mi azadón y comencé a golpear la tierra. Al poco tiempo tuve ampollas. Mis manos sangraban y el dolor era tan atroz que debí dejar el azadón... pero de inmediato me avergoncé de mí mismo. ‘¿Es así como piensas mostrar que los judíos somos capaces del trabajo manual?’ me pregunté. ‘¿Acaso no puedes pasar esta prueba decisiva?’ Me fortalecí, tomé nuevamente el azadón, y a pesar del dolor que aguijoneaba, haché por dos horas sin parar...» (La hermosa herencia, Memorias de la comunidad judía en la tierra de Israel entre los siglos 17 y 20, Abraham Yaari, ediciones Youth & Hechalutz, Jerusalén 1958, páginas 125-126.)

De allí, los pioneros se trasladaron para fundar el poblado de Rishón Le’Tzión, donde, según cuenta Jisin unas páginas después «cavaron zanjas plantaron árboles, construyeron sus propias viviendas... pudieron reemplazar sus andrajos por ropa, se dieron el lujo de un pedazo de pescado con sal de desayuno... cantaban en la marcha hacia el trabajo y al regresar, organizaban charlas sobre historia judía por las noches...»
Estos jóvenes huían de los pogromos en Rusia y sólo querían construirse y construir. No hay en sus diarios y testimonios ni una sola palabra de encono contra nadie. Sólo el deseo de recrear en Palestina el país que tuvieron sus ancestros y hallar un cobijo después de dos mil años de pesares. Trajeron vida, y merecen la admiración, no la calumnia.

La antigüedad
Un cuarto siglo después, David Ben Gurión (quien sería el primer Primer Ministro de Israel) también describió en sus escritos su adaptación al nuevo país, allá por 1906 (Amanecer de un Estado, editorial Candelabro, Buenos Aires 1954, páginas 4-6). En su tono reverberaba en de los pioneros del Bilu:
«Cerca de un año trabajé en las colonias de Judea, pero más que trabajo tenía hambre y malaria... Sin embargo el entusiasmo y el júbilo no cedían... Cada barco traía un contingente de jóvenes... Habíamos dejado de lado los libros y los estudios, las especulaciones y las controversias, para redimir la patria con nuestro trabajo... los achaques de la realidad no habían aplacado nuestro coraje ni el brío de nuestro ánimo... Plantábamos retoños, cosechábamos naranjas injertábamos árboles, cavábamos con azadones... Trabajábamos la tierra en la madre patria... ¿Qué más podíamos pretender? Trabajábamos pletóricos de entusiasmo. De noche, después de un día de trabajo o de malaria, nos reuníamos en el comedor obrero o sobre los sendos arenosos, entre viñedos y naranjales, para bailar y cantar.»

Además de derramar voluntad de trabajo, en el caso de Ben Gurión se explicita una y otra vez su máxima aspiración de un acuerdo con los árabes, y de construir una sociedad socialista. Pero la izquierda autista de hoy en día mancilla aquella voluntad y esa obra trabajadora, en aras de alienarse con los regímenes más reaccionarios del planeta.

Ni siquiera el líder de la corriente nacionalista dentro del sionismo, Zeev Jabotinsky, tuvo palabras de afrenta para con los árabes. Liberal de pura cepa, Jabotinsky fue también un gran poeta. En uno de sus poemas cantaba al día en que en Israel «prosperarán en felicidad, el hijo del árabe, el del cristiano, y el mío». Contrástese esa voluntad de corregir, edificar, desecar pantanos, y buscar un camino de paz, con las prédicas de los líderes enemigos que escupían odio y una visión que se reducía a matar, nunca a crear.

Además de deshumanizar al sionismo, lo que se ha hecho es privarlo de su historia. Muchos se sorprenderían de que aquellos colonos entusiastas llegaran en 1882, porque se prejuzga que el sionismo resultó del Holocausto, ergo habría nacido hace sesenta años. Así en la cita de Ahmedineyad.

No hace falta remontarse a la residencia permanente de judíos en Palestina desde tiempos inmemoriales, ni a su inmigración masiva aun durante la Edad Media (como «la aliáh de los tosafistas» del año 1210), sino que aún limitándonos al sionismo moderno su edad es de por lo menos un siglo y medio.

Al igual que la Negación del Holocausto (NH) el antisionismo es un intento de reescribir la historia reciente. Ambos son las formas más habituales de la judeofobia contemporánea, unidas por un puente conceptual: si el Estado judío no tiene justificación (como arguye el antisionismo) debe de ser porque el sufrimiento judío es una maliciosa fantasía (como plantea la NH).

La canonización del antisionismo por parte de la izquierda autista tuvo expresión en la Nueva Izquierda que atrajo a miles de estudiantes y jóvenes europeos y norteamericanos desde la rebelión en Berkeley de 1964 y hasta después del mayo francés de 1968 que llevó a la caída de de Gaulle.

Aunque nunca exhibió una doctrina coherente (iba desde el maoísmo hasta el anarquismo e hippieísmo) la cara virulenta y obsesiva de la Nueva Izquierda fue su antisionismo, que presentaba a los árabes como el Tercer Mundo oprimido por Israel, y a éste como «representante de la tecnología occidental y un lacayo del imperialismo». No fueron sus mentores los culpables del maniqueísmo. De los dos más destacados, Marcuse y Sartre, este último protestó contra el prejuicio de que «Israel es imperialista con sus kibutzim, y los árabes son socialistas con sus Estados feudales». No obstante, aquella caricatura fue la norma entre los jóvenes del movimiento.

El antisionismo es la forma más persistente de la judeofobia contemporánea. Resulta de una acendrada obsesión contra lo judío: contra la cultura judía, la vitalidad judía, el país judío.

Mucho se ha escrito acerca de en qué medida se trata propiamente de odio antijudío, si se puede ser antisionista sin judeofobia. El antisionismo descalifica los sentimientos y aspiraciones nacionales de los judíos (y sólo de los judíos) y considera a Israel (y sólo a Israel) un Estado ilegítimo. Por ello, antisionismo y judeofobia están íntimamente entrelazadas, como muchas veces revelan sus propios voceros. Yakov Malik, embajador soviético en la ONU se quejó en 1973 de que «los sionistas se han presentado con la absurda ideología del Pueblo Elegido» (como es bien sabido, el concepto bíblico de Pueblo Elegido es parte del judaísmo; el sionismo no tiene nada que ver con él). A quien escribe estas líneas le tocó hace poco (17-9-06) debatir por televisión contra el mismo argumento sostenido por el grupo judeofóbico argentino Quebracho.

El antisionismo no se reduce a posturas críticas con respecto a políticas específicas de Israel. Estas críticas no implican judeofobia, sobre todo si el contradictor se permite disentir también con otros gobiernos de la Tierra.

Por el contrario, sí es judeofóbico el vilipendio intransigente contra el Estado hebreo –en donde residen la mitad de los judíos del mundo– que se formula desde términos cargados de saña: «país nazi, cáncer del Oriente Medio.» Aun cuando desde un punto de vista estrictamente teórico, se podría ser antisionista y no judeofóbico, en la práctica la disquisición se desvanece. El antisionismo promueve acciones que llevan a la muerte de judíos y que, de implementarse en su totalidad, llevarían a la muerte de millones de ellos.

domingo, octubre 15, 2006

Genocidio Palestino

Usualmente se acusa a Israel de Genocidio. Suena feo referirse a numeros, pero se hace necesario poner en contexto las muertes.
Se dicen impunemente muchas cosas: Israel está haciendo "limpieza etnica". Israel ha asesinado a millones de Palestinos. Esas, entre otras cosas.
La gente que no sabe mucho, lee cosas así y se arma una opinión. La opinión de la mala prensa, que habla de "masacres" y "genocidios" con tanta liviandad como habla el PO, Quebracho, el PTS, etc.
Por eso decidí subir este texto que habla de numeros y de genocidios. Los de en serio.
Saludos!
Buena Prensa, Buen Mundo!

Y el mundo permanece en silencio
por Ben-Dror Yemini (Maariv, 22 de septiembre, 2006)

Hecho Nº 1: Desde el establecimiento del Estado de Israel, está siendo perpetrado, sin compasión, un genocidio contra musulmanes y/o árabes.
Hecho Nº 2: El conflicto en Medio Oriente, entre Israel y los árabes, como totalidad, y contra los palestinos en particular, es considerado como el conflicto central en el mundo hoy.
Hecho Nº 3: De acuerdo con las encuestas realizadas en la Unión Europea, Israel detenta el primer lugar como “Peligro para la paz mundial”. En Holanda, por ejemplo, el 74% de la población sostiene este punto de vista. Ni Irán, ni Corea del Norte. Israel.
Al conectar estos hallazgos se crea una de las mayores decepciones de los tiempos modernos: Israel es considerado como el país responsable de cualquier calamidad, desgracia e infortunio. Es peligroso para la paz mundial, no sólo para el mundo árabe o musulmán.

¿Cómo funciona la decepción?
El dedo apunta de manera inteligente. Es difícil culpar a Israel por el genocidio en Sudán o por la guerra civil en Argelia. ¿Cómo se hace? Decenas de publicaciones, artículos, libros, periódicos y páginas Web están dedicados a un único propósito: convertir a Israel en un estado que, incesantemente, perpetra crímenes de guerra. En Yakarta y en Khartoum queman la bandera israelí y en Londres, Oslo y Zurich artículos de odio son publicados, apoyando la destrucción de Israel.
Cualquier respuesta en las búsquedas en Internet, a las palabras “genocidio” contra “musulmanes”, “árabes” o “palestinos”, en el contexto de “sionistas” o “Israel”, nos dará resultados infinitos. Incluso, luego de haber filtrado el material desechable, nos quedaremos con millones de publicaciones escritas de una seriedad devastadora.
Esta abundancia trae resultados. Funciona como lavaje de cerebros. Es la posición aceptada, y no sólo una opinión marginal. Hace sólo cinco años fuimos testigos de un show internacional anti - israelí en la Convención de Durban. Hace sólo dos años nos escandalizamos cuando, un miembro de nuestra Academia, culpó a Israel de “genocidio simbólico” contra el pueblo palestino. Mucho ruido y pocas nueces. Hay miles de publicaciones que culpan a Israel de genocida, y no de manera “simbólica”.
Bajo el amparo de un académico o un periodista, hoy Israel es comparado con un maldito nazi de antaño. En conclusión, están aquellos que llaman a terminar con el “proyecto sionista”. Y, en palabras más simples: ya que Israel es un país que perpetra tantos crímenes de guerra y se involucra en la limpieza étnica y genocida - no tiene derecho a existir. Esto, por ejemplo, es la esencia de un artículo de un escritor noruego Jostein Gaarder (escritor de “El mundo de Sofia”Sophie´s World), que expresó, entre otras cosas: “Llamamos a los asesinos de niños por su nombre”. La conclusión es que Israel no tiene derecho a existir.
La tragedia es que, en países árabes y musulmanes, está ocurriendo una masacre. Un genocidio protegido por el silencio del mundo; un genocidio protegido por una decepción que, quizá, no tiene precedentes en la historia de la humanidad; un genocidio que no tiene conexión con Israel, el sionismo ni los judíos; un genocidio, principalmente, de árabes y musulmanes, de manos de árabes y musulmanes.
No es un asunto de opinión o de punto de vista. Es el resultado de un examen objetivo, lo más preciso posible, del número de víctimas, de varias guerras y conflictos, que tuvieron lugar desde el establecimiento del Estado de Israel hasta la actualidad, como una masacre continuada. De hecho, se trata, de muerte a escala masiva. Una masacre. Es la aniquilación de aldeas y ciudades y poblaciones enteras. Y el mundo permanece en silencio. Los musulmanes están siendo abandonados. Son asesinados y el mundo permanece en silencio. Y, si se molesta en abrir la boca, no se queja sobre los asesinatos. No se queja de aquellos que perpetran esos crímenes contra la humanidad. Se queja sobre Israel.
Esta gran decepción, que encubre los hechos reales, perdura e incluso sigue creciendo por una sola razón: los medios y académicos de Occidente participan en ella. En infinitas publicaciones, libros, periódicos y páginas Web, Israel es retratado como un estado que perpetra “crímenes de guerra”, “limpieza étnica” y “asesinato sistemático”. A veces porque está de moda, a veces por error, a veces porque es el resultado de la hipocresía y doble moral. A veces es nuevo y viejo antisemitismo, de la izquierda y la derecha, manifiesto o encubierto. La mayoría de las sangrientas difamaciones son refutadas, poco tiempo después de salir a la luz. La sangrienta difamación de los tiempos modernos, contra el Estado de Israel, continúa creciendo. Muchos israelíes y judíos sirven de cómplices para alimentar la calumnia.

El conflicto árabe - israelí
El asentamiento sionista en este país, que comenzara a fines del siglo XIX, creó un conflicto entre judíos y árabes. El número de muertos, en diversos enfrentamientos, hasta el establecimiento del Estado de Israel, no fue mayor a unos miles, tanto de judíos como de árabes. La mayoría de los árabes asesinados, en aquellos años, lo fueron en luchas armadas entre los mismos árabes; como por ejemplo, durante los días de la Gran Sublevación árabe de 1936 - 1939. Esa fue una señal de cómo serían las cosas. Muchos otros fueron asesinados como resultado de la mano dura ejercida por los británicos. Israel nunca hizo algo semejante. La Guerra de la Independencia de Israel, también conocida como la Guerra del ´48, dejó entre 5.000 a 15.000 muertos, entre palestinos y ciudadanos de países árabes. En esta guerra, como en cualquier otra guerra, ocurrieron atrocidades. Los atacantes declararon su objetivo y, si hubieran ganado, habría tenido lugar un exterminio masivo de judíos. Por parte de Israel, también hubo actos salvajes, incentivados por grupos marginales. Menos, mucho menos, que en cualquier otra guerra de los tiempos modernos. Mucho menos de lo que es perpetrado, diariamente, en estos mismos tiempos, por musulmanes, principalmente contra musulmanes, en Sudán o en Irak.
El siguiente acontecimiento de importancia fue la Guerra del Sinaí, en 1956. Alrededor de 1.650 egipcios fueron asesinados, unos 1.000 en manos de israelíes y, aproximadamente, 650 por parte de fuerzas francesas y británicas.
Luego vino la Guerra de los Seis Días (1967). Las cifras estimativas más elevadas hablan de 21.000 árabes muertos en los tres frentes: Egipto, Siria y Jordania.
La Guerra de Iom Kippur (1973), tuvo como resultado 8.500 árabes muertos, en sólo dos frentes: Egipto y Siria.
Luego hubo guerras “más pequeñas”: La primera Guerra del Líbano que, inicialmente, fue contra la OLP (Organización para la Liberación Palestina), y no contra del Líbano. Fue una guerra dentro de otra guerra. Fueron los años de la sangrienta guerra civil en el Líbano; una guerra que trataremos más adelante. Y así fue, en la segunda Guerra del Líbano, en la que fueron asesinados alrededor de 1.000 libaneses.
Miles de palestinos fueron asesinados durante la ocupación israelí en los territorios, comenzada a fines de la Guerra de los Seis Días. La mayoría fue muerta durante las dos Intifadas; la primera, que comenzó en 1987, con un saldo de 1.800 palestinos muertos y, la que empezara en el año 2000, con un resultado de 3.700 palestinos asesinados. Entre estas dos fechas, hubo más acciones militares que ocasionaron más víctimas fatales árabes. Si exageramos, podemos decir que se trató de unos cien más que fueron asesinados. Cientos. No cientos de miles. No millones.

El recuento total alcanza unos 60.000 árabes asesinados en el marco del conflicto árabe-israelí. Entre ellos sólo unos miles de palestinos aunque es por ellos, y sólo a causa de ellos, que Israel es blanco del odio del mundo. Cada muerte árabe y musulmana es lamentable. Y es correcto criticar a Israel. Pero la crítica obsesiva y demoníaca enfatiza un hecho mucho más asombroso: El silencio del mundo o, al menos, un silencio relativo, frente al exterminio sistemático de millones de otras personas, perpetrado por regímenes árabes y musulmanes.

El precio de la sangre de los musulmanes
De aquí en adelante, debemos preguntar: ¿Cuántos árabes y musulmanes fueron asesinados durante esos mismos años en otros países (por ejemplo, en Rusia o Francia) y cuántos árabes, musulmanes y otros, fueron asesinados, durante esos años, por árabes y musulmanes? La información aquí recopilada se basa en varios institutos de investigación, organismos académicos, organizaciones internacionales (tales como Amnistía y otras instituciones de derechos humanos), Naciones Unidas y representantes gubernamentales.
En muchos casos, las diferentes organizaciones, presentan números distintos y contradictorios. En ocasiones, las diferencias alcanzan unos cientos de miles y, a veces, millones. Probablemente, nunca conozcamos el número preciso. No obstante, hasta las cifras más bajas acordadas, presentan un panorama pasmoso y horrendo. Además, el tiempo es demasiado breve para registrar conflictos sangrientos que, ni siquiera, son cubiertos en estas listas, aunque estos conllevan un saldo mayor de víctimas humanas que todo el precio de sangre derramada en el conflicto árabe - israelí.

Argelia
Pocos años después del establecimiento del Estado de Israel, comenzó otra guerra de independencia. En esta ocasión era Argelia contra Francia, entre los años 1954 - 1962. El número de víctimas del lado musulmán es un tema controversial. De acuerdo a fuentes oficiales de Argelia, sobrepasa el millón. Algunos institutos de investigación en Occidente tienden a aceptar ese número. Fuentes francesas intentaron, en el pasado, declarar que sólo se trató de un cuarto de millón de musulmanes, con 100.000 musulmanes adicionales que colaboraron con los franceses. Pero esas cifras estimativas son vistas como tendenciosas y bajas. Actualmente, no hay duda que los franceses asesinaron cerca de 600.000 musulmanes. Y son los franceses los que no cesan de dar sermones a Israel, el Israel que durante toda la historia de su conflicto con los árabes no alcanzó ni una décima parte de ese número. Incluso, en aquel momento, de acuerdo con las evaluaciones más severas.
La masacre en Argelia continúa. Durante las elecciones de 1991, el Frente de Salvación Islámico fue elegido por votación. Los resultados de las elecciones fueron cancelados por el ejército. Desde aquel momento, una guerra civil furiosa prosigue entre el gobierno central, apoyado por el ejército, y movimientos islámicos. De acuerdo a diversas cifras estimativas, hubo, hasta el momento, alrededor de 100.000 víctimas; en su mayoría, civiles inocentes. En la mayoría de los casos, se trató de masacres horrendas de aldeas enteras, mujeres, niños y ancianos; una masacre en nombre del Islam.
Sumario de Argelia: De 500.000 a 1.000.000 en la Guerra de Independencia; 100.000 en la
Guerra Civil en los años ´90.


Sudán
Un país desgarrado por campañas de destrucción, casi todas entre árabes-musulmanes del norte, que controlan el país, y el sur, con población negra. Dos guerras civiles ocurrieron en este país y una masacre, patrocinada por el gobierno, tuvo lugar en los últimos años en el distrito de Darfur. La primera guerra civil se extendió durante los años 1955 - 1972. Cifras estimativas moderadas hablan de unas 500.000 víctimas. En 1983, comenzó la segunda guerra civil. Pero no se trató de una guerra civil sino de una masacre sistemática, definida adecuadamente como “genocidio”. El objetivo era la islamización, arabización y deportación masiva que, ocasionalmente, se convirtió en matanza, para tomar – también- el control de los gigantes campos de petróleo. Estamos hablando de un número estimado de 1.9 millones de víctimas.
La división entre musulmanes y otras víctimas es poco clara. El gran distrito de Noba, poblado por cantidad de negros musulmanes, recibió su parte de horrores. A los musulmanes, que deberían ser negros, no se les concedió ningún favor. Desde la llegada al poder del Islam radical, bajo la guía espiritual del Dr. Hassan Thorabi, la situación empeoró. Probablemente sea la peor serie de crímenes contra la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial. Estamos hablando de limpieza étnica, deportaciones, asesinato masivo, tráfico de esclavos, aplicación a la fuerza de las leyes del Islam, quitar hijos a sus padres y mucho más. Millones se convirtieron en refugiados. Hasta donde es sabido, no existen millones de publicaciones acerca del “Derecho al Retorno” sudanés, y no hay peticiones, por parte de los intelectuales, negando el derecho de Sudán a la existencia.
Los últimos años se trataron sobre Darfur. Nuevamente, los musulmanes (árabes) están asesinando a musulmanes (negros) y paganos y, los números, no son claros. Estimaciones moderadas hablan de cerca de 200.000 víctimas y otras, más altas, dicen que son 600.000. Nadie sabe de manera certera. Y la matanza continúa.
A través de las atrocidades de Sudán, la matanza fue perpetrada, principalmente, por el régimen árabe musulmán y, la gran mayoría de víctimas, si no todas, son negros, de todas las religiones, incluyendo a musulmanes.
Sumario de Argelia: De 2.600.000 a 3.000.000.

Afganistán

Ésta es una red, que no cesa, de asesinatos en masa. La invasión soviética, que comenzó el 24 de diciembre de 1979 y finalizó el 2 de febrero de 1989, dejó alrededor de un millón de muertos. Otras estimaciones hablan de 1.500.000 de civiles muertos y un adicional de 90.000 soldados.
Luego de la retirada de las fuerzas soviéticas, Afganistán pasó por una serie de guerras civiles y conflictos entre los que apoyaban a los soviéticos, el Mojahidin y el Talibán. Cada grupo llevó a cabo una doctrina de exterminio en masa de sus oponentes. La suma de fatalidades en la guerra civil, hasta la invasión de las fuerzas de la coalición bajo el liderazgo americano (en 2001) es de, alrededor, de un millón.
Están aquellos que se quejan, y con razón, de la carnicería que tuvo lugar como resultado de la coalición ofensiva para derribar al régimen talibán y como parte del conflicto armado contra Al Qaeda. Bien: la invasión a Afganistán causó un número relativamente limitado de muertes, menos de 10.000. Si no hubiese ocurrido, podríamos haber visto una continuación del genocidio auto - inflingido, con un promedio de 100.000 víctimas fatales por año.
Sumario de Afganistán: De 1.000.000 a 1.500.000, como resultado de la invasión soviética; alrededor de un millón en la guerra civil.

Somalia
Desde 1977, este estado musulmán del este de África estuvo inmerso en una interminable guerra civil. El número estimado de víctimas es cercano a 550.000. Se trata de musulmanes asesinando a, principalmente, musulmanes. Los intentos de Naciones Unidas de intervenir, con el propósito de mantener la paz, terminó en fracaso, tal como ocurrió con intentos posteriores por parte de las fuerzas americanas.
La mayor parte de las víctimas murió, no en los campos de batalla, sino como resultado de una deliberada inanición y matanza de civiles, en bombardeos dirigidos a la población civil como objetivo (bombardeos masivos, de distritos adversarios, tal como el bombardeo de Somaliland, que causó 50.000 muertes).
Sumario de Somalia: De 400.000 a 500.000 víctimas en la guerra civil.

Bangladesh

Este país aspiró a lograr su independencia de Pakistán. Pakistán reaccionó con una invasión militar, que causó una destrucción masiva. No fue una guerra, fue una masacre. Entre uno y dos millones fueron, sistemáticamente, liquidados en 1971. Algunos investigadores definen los hechos, de aquel año en Bangladesh, como uno de los tres grandes genocidios en la historia (luego del Holocausto y el genocidio de Ruanda).
Un comité de investigación, designado por el gobierno de Bangladesh, contó 1.247.000 de víctimas fatales, como el resultado de un asesinato sistemático de civiles por parte de las fuerzas de la armada de Pakistán. Además, hay numerosos informes de “escuadrones de la muerte”, en los que “soldados musulmanes eran enviados para ejecutar asesinatos masivos de granjeros musulmanes”.
La armada pakistaní cesó después de la intervención de India, que padeció olas de refugiados - millones - que llegaban desde Bangladesh. Al menos 150.000 más fueron asesinados en actos de represalia luego de la retirada de la armada de Pakistán.
Sumario de Bangladesh: Entre 1.400.000 y 2.000.000.

Indonesia
El estado musulmán más grande del mundo compite con Bangladesh por el dudoso título de “La mayor masacre desde el Holocausto”. La masacre comenzó con un levantamiento comunista, en 1965. En este caso, hay diferentes evaluaciones (acerca del número de fatalidades). La estimación aceptada habla de unos 400.000 indonesios asesinados, entre 1965 - 1966, a pesar que, estimaciones más estrictas, refieren a un número más alto.
La masacre fue perpetrada por la armada, conducida por Hag´i Mohammed Soharto, que tomó el poder en el país durante los 32 años posteriores. Un investigador, de aquellos años, señala que la persona que estaba a cargo de reprimir la rebelión, el General Srv Adei, admitió: “Matamos a dos millones, no un millón, e hicimos buen trabajo”. Por este argumento, nos quedaremos con el más bajo, una estimación más aceptable”.
En 1975, luego del fin del mandato portugués, Timor del Este anunció su independencia. En el lapso de poco tiempo, fue invadido por Indonesia, que gobernó la zona hasta 1999. Durante esos años, entre 100.000 y 200.000 personas fueron asesinadas, junto con la destrucción total de la infraestructura.
Sumario de Indonesia: 400.000 muertos, con un adicional de entre 100.000 y 200.000 en Timor del Este.

Irak

La mayor parte de la destrucción de estas últimas dos décadas fue por Saddam Hussein. Este es otro caso de un régimen que causó las muertes de millones. Muerte incesante. Uno de los puntos culminantes fue durante la guerra, entre Irak e Irán, conflicto sobre el río Shat el Arab; el río que se crea por la convergencia de los ríos Eufrates y Tigris. Éste fue un conflicto que llevó, por si solo, a una destrucción a gran escala y a un asesinato masivo. Las estimaciones oscilan entre 450.000 y 650.000 iraquíes, y entre 450.000 y 970.000 iraníes.
Judíos, israelíes y sionistas, hasta lo que es sabido, no estaban cerca.
Olas de purgas, algunas motivadas políticamente (oposición), otras por razones étnicas (minoría kurda) y por causas religiosas (la minoría del gobierno suni contra la mayoría shiita), produjeron un asombroso número de víctimas. Las estimaciones varían desde un millón, según el informe de Derechos Humanos. Otras organizaciones internacionales citan una estimación de medio millón de personas muertas.
En los años 1991 - 1992, hubo un levantamiento de Irak. Hay estimaciones contradictorias sobre el número de víctimas. Los números varían entre 40.000 a 200.000. Además de los iraquíes asesinados, se debe agregar a los kurdos. Durante el reinado de Saddam Hussein, entre 200.000 y 300.000 kurdos resultaron asesinados, en un genocidio que continuó en los ´80 y ´90.
Más de medio millón más de iraquíes murieron de enfermedades por la escasez de medicamentos, resultado de las sanciones impuestas, luego de la primera guerra del Golfo. Hoy es claro que fue la continuación del genocidio perpetrado por Saddam sobre su propio pueblo. Él podría haber adquirido las medicinas, tenía suficiente dinero para comprar alimentos y construir hospitales para todos los niños de Irak, pero Saddam prefirió construir palacios y distribuir franquicias en Occidente y en los estados árabes. Esta cuestión se está exponiendo en la corrupción del proyecto “Oil for Food” (“Petróleo por Alimento”) de Naciones Unidas.
Los iraquíes continúan sufriendo. La guerra civil, que se está desencadenando allí, hoy, incluso aunque algunos preferirían no nombrar así a la masacre mutua de sunitas y shiitas, tiene un costo de decenas de miles de vidas. Se estima que, cerca de 100.000 personas, fueron asesinadas desde que la coalición de fuerzas tomó el control en Irak.
Sumario de Irak: De 1.540.000 a 2.000.000 de víctimas.
Sumario de Irán: De 450.000 a 970.000 víctimas.

Líbano

La guerra civil libanesa tuvo lugar entre 1975 a 1990. Israel estuvo involucrado, en ciertas etapas, aparte de la primera guerra del Líbano, en 1982. No hay desacuerdo en que una considerable parte de las víctimas fueron asesinadas en los primeros dos años. Las demás evaluaciones hablan de más de 130.000 muertos. La mayoría fueron libaneses asesinados por otros libaneses, por fundamentalistas, religiosos y étnicos, y en conexión con el compromiso de Siria. Siria trasladó su apoyo entre varios partidos en el conflicto. Las estimaciones más altas declaran que las actividades israelíes fueron la causa de la muerte de 18.000 personas, la gran mayoría combatientes.
Sumario de Líbano: 130.000

Yemen

En la guerra civil, que tuvo lugar en Yemen, desde 1962 a 1970, con la participación de Egipto y Arabia Saudita, de 100.000 a 150.000 yemenitas fueron asesinados y más de mil egipcios y mil saudíes.
Egipto cometió crímenes de guerra al incorporar el uso de químicos de guerra. Los motines, en Yemen, desde 1984 hasta 1986, causaron la muerte de miles más.
Sumario de Yemen: 100.000 a 150.000 fatalidades.

Chechenia

Rusia rechazó los pedidos de independencia de la República de Chechenia, y esto llevó a la primera guerra, entre 1994 y 1996, que costó la vida de entre 50.000 a 200.000 chechenos. Rusia dio mucha importancia a este conflicto, pero fracasó miserablemente. Esto no ayudó a los chechenos porque, a pesar que habían ganado autonomía, la república estaba en ruinas.
La segunda guerra chechenia comenzó en 1999 y finalizó, oficialmente, en 2001, pero verdaderamente no terminó, y el número de víctimas se estima de 30.000 a 100.000.
Sumario de Chechenia: De 80.000 a 300.000 fatalidades.

Desde Jordania a Zanzíbar

Además de las guerras y masacres, también hubo confrontaciones menores, que costaron la vida de miles y decenas de miles de musulmanes y árabes (muertos) por musulmanes y árabes. Estas confrontaciones no son, siquiera, tenidas en cuenta en las tablas presentadas en estas páginas, porque representan cifras más pequeñas, hablando relativamente, incluso si los números de aquellos muertos son mucho más elevados que los números de las víctimas del conflicto árabe-israelí. Aquí están algunos de ellos:

Jordania
1970 a 1971: Levantamientos de Septiembre Negro tuvieron lugar en el Reinado Hashemita de Jordania. El Rey Hussein fue sacado de quicio por el uso del país, por parte de los palestinos, y su amenaza por tomar el control. La confrontación, principalmente una masacre en los campos de refugiados, costó miles de vidas. De acuerdo con las estimaciones dadas por los mismos palestinos: de 10.000 a 25.000 víctimas -. De acuerdo con otras fuentes, unos pocos miles.

Chad
La mitad de la población de Chad es musulmana: en varias guerras civiles resultaron muertos 30.000 civiles.

Kosovo
En el área principal musulmana de Yugoslavia, alrededor de 10.000 fueron asesinados en la guerra, entre 1998 y 2000.

Tayikistán
La guerra civil, desde 1992 a 1996, dejó cerca de 50.000 muertos.

Siria
La persecución sistemática de Hafez Assad, perteneciente a la cofradía musulmana, finalizó en la masacre de 1982, en la ciudad de Hama, costando las vidas de 200.000 personas.

Irán
Miles fueron asesinados a comienzos de la Revolución de Jomeini. El número preciso no se conoce, pero ronda entre miles y decenas de miles. Los kurdos, también, sufrieron en manos de Irán, y cerca de 10.000 fueron asesinados.

Turquía
Cerca de 20.000 kurdos resultaron asesinados en Turquía como parte del conflicto.

Zanzíbar
A comienzos de los ´60 a la isla le fue otorgada la independencia, aunque sólo por un tiempo breve. Primero, los árabes estuvieron en el poder, pero un grupo de negros, compuesto principalmente por musulmanes, realizó una matanza del grupo árabe, también musulmán, en 1964. Se estima que, entre 5000 y 17.000 murieron.

Esto no es el fin de la lista. Hubo más conflictos con números de víctimas inciertos en las repúblicas de la ex Unión Soviética, con poblaciones mayoritarias musulmanas (como la guerra entre Azerbaiján y Armenia por Nagurno Karabach), y un número discutible de musulmanes muertos en África, en países cuyas poblaciones son mixtas, tales como Nigeria, Mauritania o Uganda (en los años de reinado de Idi Amin en Uganda, en la década que comenzó en 1971, cerca de 300.000 ugandeses fueron asesinados. Amin se definió, a sí mismo, como musulmán pero, en contraste con Sudán, es difícil decir que el trasfondo para la matanza fue musulmán y, ciertamente, no fue árabe).

El conflicto israelí-palestino
A todo lo recién expuesto, uno puede agregar esta información: la gran mayoría de árabes, asesinados en el marco del conflicto árabe – israelí, fueron muertos como resultado de guerras instigadas por los árabes y como resultado de su negativa a reconocer la decisión de Naciones Unidas, respecto al establecimiento del Estado de Israel, o su rechazo a reconocer el derecho de los judíos a la autodeterminación.
El número de israelíes asesinados, por la agresión árabe, fue relativamente más alto que las cifras de los árabes muertos. En la Guerra de la Independencia, por ejemplo, más de 6.000 israelíes resultaron muertos entre una población que, en ese entonces, tenía 600.000 personas. Esto significa, el uno por ciento de la población. En comparación, las bajas de árabes en la guerra contra Israel provenían de siete países, cuyas poblaciones ya contaban con decenas de millones. Israel no sueña, ni piensa y no desea destruir a ningún estado árabe. Pero, la pretendida meta de las armadas atacantes, fue “liquidar a la entidad judía”.
Obviamente, en los últimos años, las víctimas palestinas recibieron la mayor parte de la atención de la prensa y los académicos. En verdad, representan un pequeño porcentaje de la suma total de todas las víctimas. La suma total de palestinos muertos por Israel en los territorios conquistados es de varios miles. 1.378 murieron en la primera Intifada, y 3.700 desde el comienzo de la segunda Intifada.
Esto es menos que, por ejemplo, las víctimas musulmanas masacradas por el ex presidente sirio, Hafez Assad en Hama, en 1982; menos que los palestinos masacrados por el Rey Hussein, en 1971; menos que el número de asesinados, en una sola masacre, de bosnios musulmanes por los serbios (1991) en Srebrenica, que dejó 8.000 muertos.
Cada persona asesinada es lamentable. Pero, no hay calumnia más grande que llamar a las acciones de Israel, “genocidio”. E incluso, la cadena “Israel” y “genocidio”, en el buscador de Google, conduce a 13.600.000 referencias. Intenten tipear “Sudán” y “genocidio” y obtendrán menos de 9 millones de resultados. Estos números, si quieren, son la esencia de una gran decepción.

La ocupación no es progresista, pero no brutal
Otro hecho: Desde la Segunda Guerra Mundial, el conflicto palestino-israelí es el que tiene menos número de víctimas, pero con la cantidad más grande mundial de publicaciones, en la prensa y medios académicos, hostiles hacia Israel.
Al menos, medio millón de argelinos murieron durante la ocupación francesa. Un millón de afganos, durante la ocupación soviética. Millones de musulmanes y árabes resultaron muertos y masacrados en manos de musulmanes. Pero el mundo entero conoce a uno, llamado Mohammed a-Dura (cuya muerte fue lamentable, pero cabe la duda si lo fue por
disparos israelíes). [Nota de BP: Mohammed a-Dura no murió, fue una escenificación como Pallywood. Pueden ver los videos en SecondDraft o bajarlos aquí]
Es posible y aceptable criticar a Israel. Pero la crítica excesiva, obsesiva y, por momentos, antisemita sirve, también, como encubrimiento y, en algunos casos, como una aprobación del genocidio de millones de otros.
La ocupación no es progresista y no puede serlo. Pero si tratamos de crear una escala de “ocupación brutal”, Israel ocupa el último lugar. Esto es un hecho. No es una opinión.
¿Y qué le hubiera pasado a los palestinos si, en lugar de estar bajo la ocupación israelí, hubiesen estado bajo la ocupación iraquí? ¿O de Sudán? ¿O, incluso, de Francia, o soviética? Es altamente probable que hubiesen sido víctimas de genocidio, en el peor de los casos, y de matanzas masivas, purgas y deportaciones, como la mejor opción.
Pero, ‘afortunadamente’ para ellos, están bajo la ocupación israelí. E incluso si, repito, no hay algo como una ocupación progresista, y teniendo en cuenta que si es aceptable y posible, y a veces necesario, criticar a Israel, nunca hubo (no hoy ni nunca) ocupación con tan pocas fatalidades.

La ética de la televisión
¿Por qué, entonces, la impresión del mundo es directamente la opuesta? ¿Cómo es posible que no exista conexión entre los hechos, los números y la imagen tan demoníaca de Israel en el mundo?
Existen muchas respuestas. Una, es que la ética occidental se convirtió en la ética de las cámaras de televisión. Si un terrorista palestino o un hombre de Hezbollah intenta lanzar un misil, desde dentro de un vecindario civil, e Israel responde con fuego “causando la muerte de dos niños “, habrá infinitos artículos y titulares, en todo el mundo, diciendo que “Israel asesina niños”. Pero si, aldeas enteras, son destruidas en Sudán o ciudades completas son aniquiladas en Siria, no habrá cámaras de televisión en esa área.
Y así, de acuerdo a la ética televisiva, José Saramago y Harold Pinter firman una petición en protesta del “genocidio” y “crímenes de guerra” perpetrados por Israel. Ni siquiera han leído la Convención de Ginebra. Probablemente no sepan que, fuera de algunas pocas excepciones, las acciones de Israel contra objetivos militares hiriendo civiles, está permitido de acuerdo a la Convención de Ginebra (Protocolo 1 Párrafo 52.2). Y, dado que esta gente está tan sumergida en la ética de la televisión, no firmará ninguna petición en protesta por el genocidio de musulmanes en manos de musulmanes. El crimen porque sí. Tienen permiso para hacerlo.
La ética de la televisión es una tragedia para los mismos árabes y musulmanes. Israel paga un precio caro. Sin embargo los árabes y musulmanes son sus reales víctimas. Y mientras que continúe esta moral de la pantalla azul, los árabes y musulmanes seguirán pagando el precio.
Existen quienes afirman que, los países árabes y musulmanes, son inmunes a la crítica, porque no son democráticos. Pero, la crítica hacia Israel, es más valiosa porque tiene pretensiones democráticas. Afirmaciones como ésta son el orientalismo más grave. La suposición, encubierta, es que los árabes y musulmanes son el hijo retardado del mundo. Les está permitido. Esto no es sólo Orientalismo. Es racismo.
Los árabes y musulmanes no son niños ni retardados. Muchos árabes y musulmanes lo saben y escriben sobre esto. Saben que sólo el fin a la auto-decepción y asumir la responsabilidad llevarán a un cambio. Saben que, mientras Occidente, los siga tratando como irresponsables y desiguales, está tendiendo una mano no sólo a una actitud racista, sino también y principalmente, a la continuidad de su asesinato masivo.

Epílogo
El genocidio que Israel no está cometiendo, el cual es completamente difamatorio, esconde el real genocidio; el genocidio silenciado que los árabes y musulmanes están haciendo, principalmente, contra ellos mismos. La difamación debe detenerse a fin de poder ver la realidad. Es por conveniencia de árabes y musulmanes. Israel paga en imagen. Ellos con sangre. Si todavía queda algo de moral en el mundo, esto debería interesarle a cualquiera que le quede apenas una gota de ética dentro de él. Y esto debería ocurrir; serán pequeñas noticias para Israel, y grandes noticias, mucho mejores noticias, para árabes y musulmanes.

jueves, octubre 12, 2006

Hezbollah, solo Hezbollah

Aquí va un video sobre Hezbollah. Realmente es un buen video, particularmente a mi me ha puesto la piel de gallina (algo bastante dificil de lograr).

Si bien yo soy bastante crítico de la reflexión que puede permitir un clip de video, creo que capta en forma bastante clara varias de las cosas que he intentado decir en diversos posts.

Saludos a todos!
Buena Prensa, Buen Mundo
Solo para el buscador: hezbollah, hezbolla, hezbolah, hezbola, hizbollah, hizbolla, hizbolah, hizbola, hizballah, hizballa, hizbalah, hizbala, jezbollah, jezbolla, jezbolah, jezbola, jizbollah, jisbolla, jizbolah, jisbola, jizballah, jizballa, jizbalah, jizbala.

viernes, octubre 06, 2006

Entretiempo: minuto para reflexionar

Estaba pensando en subir alguna noticia, algún video o alguna opinión que tengo archivada. Sin embargo decidí que sería redundante. Normalmente uno se acostumbra a cierta rutina de subir material de forma diaria. El objetivo es obvio: mantener el blog siempre renovado, siempre actualizado, para que la gente siga viniendo y el blogger, desde el otro lado de la red sienta cierto grado de "orgullo" por su creación.
Pero creo que esa dieta a la cual estamos acostumbrados en ocasiones elimina la posibilidad de frenar un segundo y reflexionar. El objetivo de la reflexion termina estando supeditado a las necesidades de actualización. El resultado final termina siendo muy satisfactorio en terminos de difusión y visitas, y poco satisfactorio en términos de reflexión.

Es por esto que hago este llamado a los pocos visitantes de este blog: tomense unos minutos todos los días y vayan viendo los distintos posts y debates que se han subido a este blog.

Aquí hay de todo: posts sobre los fraudes fotográficos sobre la guerra en Líbano; el análisis de por que la prensa dice lo que dice; el texto de Leo Najdorf sobre Medio Oriente y America Latina; los videos sobre la postura de Hamás; los videos e informes sobre el Problema Educativo Palestino; la historia de Tuvia Grossman; la escenificación llamada Pallywood; el rol de los intelectuales en tiempos de guerra y la complejidad de Medio Oriente; los videos sobre Hezbollah y el uso de los civiles; el artículo y video sobre el Cerco de Seguridad; las excelentes reflexiones de Pablo Jacovkis; el rol de los lideres religiosos y el video del sermón en una mezquita en Gaza; los finos pensamientos de Pilar Rahola explicando por que es "conveniente" estar en contra de Israel; el estudio de un caso puntual y en frío sobre lo acontecido en la Basilica de la Natividad y el rol de la prensa; las teorías acerca de como el mundo ve a Israel; el inmenso y jugado texto de Haim Harari contando su visión del mundo arabe; la clarificación acerca de que vino antes, si la ocupación o el terrorismo; el rol de las ambulancias en Medio Oriente; un analisis sobre el discurso de ciertas izquierdas que acusan a Israel de expansionista, colonialista e imperialista; videos sobre las distintas interpretaciones del Islam; videos sobre un grupo extremista judío, los Neturei Karta; videos bastante ilustrativos sobre la educación en el mundo islámico; reflexiones sobre lo acontecido con los dichos del Papa Benedicto y la reacción islámica; un post con los intentos de efectuar acercamientos en un foro islámico; el como el mundo relaciona todo con el problema Palestino; y finalmente el post donde Mario Wainstein, un pacifista de izquierda israelí muestra su cruda desilusión acerca de la evolución del conflicto.

Creo que se ha puesto mucho sobre la mesa como para reflexionar y debatir. Creo que con lo que está aquí, está casi todo dicho.
Tengo mucho mas material para asubir, pero considero que no tiene sentido que siga subiendo cosas sobre fraudes periodisticos, antisemitismo en distintos medios de prensa, negacionismo del Holocausto por parte de lideres musulmanes, videos sobre educación, debates sobre los movimientos de izquierda, etc. Me parece que con lo que ya he subido alcanza para un buen debate y una buena reflexión.

Por eso invito a todos a opinar, en este post, sobre sus impresiones generales acerca de este conflicto, y también sobre si creen que este blog hasta ahora sirvió para clarificarles algunos conceptos equivocados, conocer mas sobre el tema, etc.

Cuando invito a todos, me refiero a todos (no sólo Noralicia, rm47, avanti y algún otro habitué más). Quiero que todos los que hayan hecho una buena revisión de los posts me digan su impresion general del conflicto.

El llamado es: paremos la pelota un poquito y pensemos.

Buena Prensa, Buen Mundo!
 
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