jueves, mayo 10, 2007

Combatir al islamismo: apoyar a los musulmanes moderados

Aquí les dejo un artículo de Daniel Pipes sobre los musulmanes moderados y como enfrentar al fundamentalismo islámico.
Quiero creer que desde este blog, la sección "Otro Islam es Posible" hace algún aporte al respecto.
Saludos!
Buena Prensa, Buen Mundo!

Apoyar a los musulmanes moderados
por Daniel Pipes
La Razón 22. Abril 2007

Cuando sugiero que los musulmanes radicales son el problema y que los musulmanes moderados son la solución, la réplica casi inevitable de la mayor parte de la gente es: "¿qué musulmanes moderados?"

"¿Dónde están las manifestaciones anti-islamistas contra el terror?" me preguntan. "¿Qué hacen ellos para combatir a los islamistas? ¿Qué han hecho para criticar la ley islámica?"
Mi respuesta: los musulmanes moderados sí existen. Pero, por supuesto, constituyen un movimiento muy pequeño en comparación con el ataque islamista. Esto significa que el gobierno americano y las demás instituciones poderosas deberían dar prioridad a ubicar, reunirse con, financiar a, respaldar, dotar de poder y dar a conocer a esos valientes musulmanes que, a riesgo de su integridad física, dan la cara y confrontan a los totalitarios.

Un estudio recién publicado de la RAND Corporation, Construyendo redes musulmanas moderadas , asume metódicamente y considera este concepto. Angel Rabasa, Cheryl Benard, Lowell Schwartz y Peter Sickle bregan inteligentemente con el innovador tema de ayudar a crecer y prosperar a los musulmanes moderados.
Comienzan con el argumento de que "motivos estructurales responden de una gran parte" del ascenso de interpretaciones radicales y dogmáticas del islam en los últimos años. Una de esas motivaciones es que a lo largo de las tres últimas décadas, el gobierno saudí ha financiado a manos llenas la exportación de la versión wahabí del islam. Los esfuerzos saudíes han promovido "el crecimiento del fundamentalismo religioso por todo el mundo musulmán", permitiendo a los islamistas desarrollar poderosas redes intelectuales, políticas y similares. "Esta asimetría en organización y recursos explica el motivo por el que los radicales, una pequeña minoría en casi todos los países musulmanes, disfrutan de desproporcionada influencia en comparación con sus filas".

El estudio adjudica un importante papel aquí a los países occidentales: "Los moderados no podrán desafiar con éxito a los radicales hasta que el enfrentamiento se equilibre, lo cual Occidente puede ayudar a lograr promoviendo la creación de redes musulmanas moderadas".
Si esto suena familiar, quizá se deba al escenario similar a finales de los años 40, cuando las organizaciones de respaldo soviético amenazaban Europa. Los cuatro autores proporcionan una historia resumida de la construcción americana de redes en los primeros años de la Guerra Fría - en parte para mostrar que tal esfuerzo puede tener éxito frente a un enemigo totalitario, y en parte para sugerir ideas para confrontar problemas contemporáneos. (Un ejemplo - "un puñetazo con la izquierda al Kremlin es el mejor golpe" - implica que los musulmanes pueden superar el islamismo con la mayor eficacia).

Los autores examinan los esfuerzos americanos por combatir el islamismo y encuentran éstos deficientes, especialmente con respecto a reforzar a los moderados. Washington, escriben, "carece de una opinión consistente sobre quiénes son los moderados, dónde se encuentran las oportunidades para construir redes entre ellos, y cómo construir las redes mejor".

Desafortunadamente aciertan por completo. El gobierno americano ostenta un historial desastrosamente pobre a este respecto, con una vergonzosa ristra de aceptar espejismos por parejas: por una parte, pensar que los islamistas son moderados, y por la otra esperar vencerles. Figuras gubernamentales tales como el director del FBI Robert Mueller, la subsecretario del Departamento de Estado Karen Hughes, o el gerente de la National Endowment for Democracy Carl Gershman insisten tercamente en vincularse al enemigo.

En su lugar, el estudio de la RAND plantea cuatro socios: seculares, musulmanes liberales, tradicionalistas moderados y algunos sufíes. Enfatiza particularmente "la emergente red transnacional de particulares, grupos y movimientos laicistas y secularistas", y anima correctamente a cooperar con estos amigos abandonados.

En contraste, el estudio propone desenfatizar Oriente Medio, y particularmente el mundo árabe. Dado que esta zona "ofrece terreno menos fértil para una red moderada y la construcción de instituciones que otras regiones del mundo musulmán", insta a los gobiernos occidentales a centrarse en los musulmanes del sudeste de Asia, los Balcanes y la diáspora occidental, y ayudar a facilitar sus ideas en árabe. Esta estratagema novel desafía un patrón de influencia de siglos de antigüedad por parte de Oriente Medio, pero bien vale la pena intentarlo.

Hasta el generalmente pragmático estudio de la RAND baja la guardia en ocasiones. Decepcionantemente, el cuarteto se abstiene de condenar a Washington por tener conversaciones con islamistas legalistas incluso al mismo tiempo que aprueba con cautela que los gobiernos europeos traten como socios a algunos islamistas. Caracteriza erróneamente a la Unión Musulmana Progresista radicada en América como promotora del islam secular, cuando en realidad era otra organización islamista - pero con un tono cool. (Ningún otro islamista se atrevería a celebrar un acto llamado "Sexo en la umma").

Aunque Construir redes musulmanes moderadas no es la última palabra en la materia, supone un importante paso hacia la reconfiguración sistemática de la política de Washington para combatir el islamismo. Los jugosos contenidos del estudio, el claro análisis y las valientes recomendaciones impulsan de manera útil el debate, ofreciendo precisamente el tipo de planificación estratégica exhaustiva que los occidentales necesitan con urgencia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El principal propósito de las potencias occidentales no es combatir a los elementos o sectores radicales del Islamismo sino exacerbarlos hasta el límite, impidiendo de este modo el afianzamiento político y social de los denominados moderados. Moderación significa estabilidad, y eso es lo que menos desean los Occidentales para el Medio Oriente. Las más altas ganancias se obtienen en medio del caos y de la discordia social

Buena Prensa dijo...

Kim:

Disculpame, pero no puedo evitar notar que has dicho una cantidad de incoherencias. Honestamente me pregunto y me gustaría que me dijeras, de donde has sacado esas ideas.

Las mas altas ganancias se obtienen en un marco institucional estable. Eso lo sabe cualquiera. El principal propósito de las potencias occidentales claramente no es combatir el Fundamentalismo Islámico. Si así fuera, en Arabia Saudí no estaría el régimen que hoy allí está.
El mundo y el poder se mueven por dinero, no seamos ingenuos. Y a las potencias occidentales les interesa poder hacer negocios y en este sentido cada cual tiene su negocio. Y para los negocios y las ganacias, lo bueno es tener estabilidad, ya sea con gobierno fundamentalistas como Arabia Saudi o con gobiernos no fundamentalistas. Business are business.

Ahora se están preocupando porque el fundamentalismo está en sus propias casas, y lo están combatiendo es sus propias casas. Cosa que me parece bien, está bien apoyar a los musulmanes moderados y evitar así a los radicales fundamentalistas islámicos.

Gerard dijo...

Creo que la teoría es muy acertada, aunque a la práctica el ascenso de los islamistas moderados es muy complicado. Desde occidente hemos demonizado todo lo que tiene que ver con Oriente Próximo, situación que sólo crispa a las clases media y pobres de los países islámicos.
Es cierto que los radicales son una minoría, pero saben ganarse a las clases populares mediante ayuda económica, servicios sociales y elementos que son los que realmente importan a la gente -es lo que hace Hamas en Palestina y Hezbolah en Líbano. Ante este panorama, los islamistas moderados lo tienen imposible.

Anónimo dijo...

y que del reparto de tierras de samaria y judea . seguis apoyando la teoria de la comprension en los territorios o volvemos a la resolucion 242... mas de lo mismo con tus articulos.en fin
noralicia

 
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