domingo, junio 03, 2007

Como si la cola moviera al perro -por Mario Wainstein

Aquí les dejo este texto de Mario Wainstein, que trata sobre el sector mesianico-nacionalista (los fundamentalistas judíos) y su rol dentro de la política israelí a partir de 1967.
Me parece acertado el análisis que efectúa. Este es un tema que hemos tratado en varias ocasiones en las discusiones, pero que nunca lo he puesto en un post. Pues aquí está. Bienvenida sea la discusión.

Buena Prensa, Buen Mundo!
pd: recordemos un poco quien es Mario Wainstein. Mario Wainstein es un periodista argentino, de tendencia progresista, residente en Israel hace mas de 30 años. Jefe de Redacción del diario AURORA. Co-fundador del Movimiento Shalom Ajshav (Paz Ahora) y activo militante por el dialogo palestino-israelí. El movimiento Shalom Ajshav, hizo movilizaciones multitudinarias en los años 90, y llego a movilizar a 1 millón de adherentes

Como si la cola moviera al perro
Mario Wainstein
Fuente: Aurora - 19/5/2007.

Gente que se supone lúcida ha criticado esta semana a la presidenta de la Knéset, Dalia Itzik, por haber invitado al cuerpo diplomático a los festejos por los 40 años de la reunificación de Jerusalén. Debía haber sabido, sostienen, que nadie llegaría y evitar, por lo tanto, el gesto de desprecio.

Es sintomático que las reacciones del israelí medio, y por lo tanto también de la conducción política, sean a las consecuencias superficiales de los hechos, y no a los hechos en sí y a sus significados.
La crítica, que fue especialmente dura en los círculos de la derecha en general y de la derecha religiosa en particular, se dirigió a la invitación de Itzik en lugar de hacerlo a la vana idea de celebrar pomposamente lo que para todo el mundo, sin excepción, es la ocupación militar y posterior anexión de un territorio habitado por otro pueblo.

Jerusalén simboliza mejor que nada y que nadie la patología israelí instalada hace cuarenta años en el seno de un sector delirante, fantasioso y fanático, que desde entonces hasta ahora ha impulsado a la política del Estado, como si la cola moviera al perro en lugar de ser al revés, llevándola al borde del abismo.

La enfermedad aludida se llama mesianismo. Históricamente pertenece al pueblo judío y en su estado puro tiene alrededor de 2.400 años de vida. Otros pueblos y culturas la han contraído en menor escala pero siempre con los mismos resultados catastróficos: muerte, desolación, muchísimas veces crueles enfrentamientos internos.
La fe en la llegada del Mesías es filosóficamente loable. Significa que vivimos en un mundo perfectible, y que llegará un día en el cual alcanzaremos la perfección. Es una fe que reivindica la fraternidad humana, porque el Mesías llegará para toda la humanidad, que lo reconocerá y se congregará en Jerusalén.

Lo elogiable en la idea mesiánica reside en la espera. Con fe. La desgracia reside en el ansia de concreción de esa espera, en la intención de interpretar y acelerar el proceso. Los más grandes infortunios recayeron sobre el pueblo judío cuando sobrevinieron ``tiempos mesiánicos'', ya sea en los años previos a la destrucción del Segundo Templo, ya con el falso mesianismo de Shabetai Zvi, ya con el actual que postulan los ciegos seguidores de Lubavitch.

El peligro en nuestros días, un peligro que ha seguido creciendo en forma incesante desde la Guerra de los Seis Días (junio de 1967) hasta nuestros días, reside en la fatal combinación de mesianismo -falso, por supuesto: todos los mesianismos son falsos- y nacionalismo territorial. Cada uno de ellos es peligroso, pero juntos constituyen una catástrofe. Peor que la ocupación de territorios es su ocupación ``por mandato divino''.

De manera que mientras el líder del Partido Nacional Religioso (Mafdal) Zevulún Orlev condenaba con duros términos la decisión de Itzik y la crítica de Olmert al contralor de Estado, un reciente inmigrante de Francia, religioso, asesinaba a un taxista por el solo hecho de que era árabe. Dicen que no hace mucho se había hecho religioso. Puede ser. El hecho es que no cometió el asesinato sin pasar antes por la kipá en la cabeza.

Porque todo el sector mesiánico del sionismo religioso dirá ahora que se trata de un desequilibrado mental y que, en todo caso, una mala hierba no representa a todo el sector.
Pero el hecho es que todos los asesinatos de este tipo que yo recuerdo, desde el perpetrado contra Emil Gryncwaig y hasta el de esta semana, pasando por Baruj Goldstein en Hebrón y similares, han provenido de ese mismo sector. Eso no es una mala hierba, eso es un cantero, un invernadero, producto de una semilla que repetidamente provoca una mutación similar.

En esa misma semana, como para que todos podamos ver el cuadro completo y no podamos escudarnos el día de mañana detrás de una pretendida ignorancia, un grupo de rabinos de esa extracción, entre los cuales algunos de los más influyentes, ingresó al Monte del Templo, es la explanada de las mezquitas, cambiando de esa manera un veredicto muy antiguo que prohibía hacerlo.

No entraré aquí a la discusión rabínica en torno a la prohibición de ingresar a esa estancia, porque no hace al caso. Lo que sí lo hace, es que esos señores han comenzado una nueva etapa, que equivale a buscar con una antorcha encendida dentro de un barril con explosivos. El Estado tiene el derecho y la obligación de impedir que eso tenga lugar y me temo no estar seguro de que lo hará.
Al levantar la prohibición, el sector mesiánico-nacionalista conduce una vez más a la gran mayoría a una situación peligrosa e insostenible, como lo ha venido haciendo desde hace cuarenta años.

De manera que un buen día la población israelí se despierta a la mañana y se encuentra con que tiene a 200.000 personas viviendo en territorios palestinos, pese a que una abrumadora mayoría se opone a ello. De manera que ahora se lo coloca ante la disyuntiva: un eventual acuerdo con los palestinos requiere la evacuación de poblaciones y asentamientos, y la eventual evacuación de asentamientos entraña el peligro de actos violentos y guerras fratricidas.

Es decir: una minoría fanática ha colocado a la mayoría sensata de este país ante la elección: guerra eterna con el mundo árabe o guerra interna entre nosotros.
El argumento de que ha habido una desconexión sin llegar a derramamientos de sangre es incorrecto y plantea un razonamiento equivocado. Es incorrecto porque hubo por lo menos dos casos de asesinatos de árabes, uno en Cisjordania y otro dentro de Israel, perpetrados con el expreso propósito de detener el proceso. (Sí: en ambos casos eran hombres con kipá).

El razonamiento, de todas maneras, es equivocado, porque presume que si no hubo enfrentamientos armados antes, no los habrá después, y de esa manera se elimina de los cálculos la posibilidad de innovar: nunca hay una primera vez. Una primera vez que ya ha existido, sin ir más lejos con el asesinato de Itzjak Rabin (Igal Amir no lleva la cabeza descubierta).

Volviendo a Itzik y al cuerpo diplomático, la crítica verdadera debe ser dirigida al vano y pueril intento de anexar la ciudad, que comenzó en 1967 y se hizo más gratuitamente provocativo en 1980, con la innecesaria ley promovida por el ala nacionalista radical.
Fue muy fácil derribar inmediatamente después de la Guerra de los Seis Días la muralla física que dividía a la ciudad entre Jordania e Israel. La otra, la verdadera por auténtica, la muralla que separa a los pueblos, quedó tal como estaba y a ella se le sumaron otras murallas divisorias en esa problemática y emblemática ciudad.
A cuarenta años de su anexión -un término mucho más correcto que ``unificación''- Jerusalén es una ciudad tristemente dividida. Lo único que podemos y debemos hacer a ese respecto, es convertirla en una ciudad felizmente dividida.

Para ello debemos enfrentar con decisión, entre otros, al mesianismo nacionalista fanático.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Algunas preguntas sueltas e inconexas:

La unificación/anexión de Jerusalem puede separarse del contexto histórico de la Guerra de los 6 Días?

Es así de clara la disyuntiva: o guerra con el mundo árabe, o guerra entre los propios israelíes? Y todo por culpa de los ultrarreligiosos? Si de alguna manera se llegara a la segunda alternativa, inmediatamente quedaría descartada la primera?

Anónimo dijo...

Algunas respuestas inconexas:

-la anexión de Jerusalén sí puede separarse del contexto de la guerra del 67, si se defiende la tesis de que fue una guerra defensiva por parte de Israel: una vez pulverizados los ejércitos sirio, jordano y egipcio, no había ninguna necesidad de anexionar nada. No puede separarse de ese contexto si se piensa que fue una guerra de ocupación, uno de cuyos objetivos era precisamente la anexión. Yo soy de la segunda opinión.

- todas las disyuntivas ofrecen matices, pero es evidente que la paz con los palestinos pasará por la descolonización de toda, o la mayor parte de Cisjordania, y eso generará un conflicto interno en Israel de proporciones serias que, no lo dudes, será empleado a fondo por el sector religioso más fanático, y por una parte del espectro político no religioso más nacionalista. No creo que se llegue a una guerra civil, dada la fuerte cohesión identitaria del pueblo judío. Aunque cuanto más tiempo pase, el conflicto será más grave.

Creo que Wainstein simplifica mucho en el reparto de responsabilidades. Gran parte del espectro político israelí ha apoyado las tesis de los sectores religiosos respecto a la ocupación y la colonización. No hay más que ver durante qué mandatos se produjeron las mayores afluencias de colonos judíos a los Territorios Ocupados, o se construyeron más asentamientos impulsados por el estado israelí. Así que alguna responsabilidad tendrán los sectores mayoritarios de votantes. Y que conste que soy ateo.

Un saludo.
Salva

P.S.: BP, si no lo consideras una descortesía, continuaré con la discusión que empezamos en el hilo "Líbano, quién tiene la culpa" dentro de un par de días.

Anónimo dijo...

Gracias por las respuestas, anónimo, me gustaría en particular conocer la opinión de BP. Algunos sostienen que eso de anexionar territorio es algo que pasa con las guerras, y que tratándose de una guerra defensiva estaba justificado. No necesariamente estoy de acuerdo con la anexión de territorio por parte de los vencedores, ("la victoria no da derechos" y todo eso), pero tengo la impresión de que Jerusalem es algo más para los judíos (fanáticos o no) que un trozo de territorio cualquiera. Para quienes lo ven solo como una guerra de ocupación, más allá del contexto histórico, por supuesto que nada que Israel haya hecho antes, durante o después puede tener justificación alguna.

Personalmente (dado lo simple que es estar a favor o en contra de algo a 13000 km de distancia) estoy a favor de la descolonización de Cisjordania. Pero también creo que dadas las muy explícitas intenciones de los líderes palestinos de borrar a Israel del mapa, de las que BP mismo habló en este mismo sitio, imaginar que la paz con los palestinos llegaría a través de la descolonización me parece de una ingenuidad absoluta.

Buena Prensa dijo...

Sandra:

Creo que para entender el conflicto arabe-israelí hay que olvidarse, en ciertas circunstancias, que somos latinoamericanos u europeos con Estados (en general) formados hace cientos de años, con Estados con fronteras casi totalmente definidas hace mas de medio siglo (europa) y hace mucho más (América)

En el conflicto arabe-israelí la cuestión de las fronteras es muy relativa. Y uso esa palabra: relativa.
En Israel la verdad es que no hay fronteras definidas hoy día, y mucho menos lo había antes de la Guerra de los Seis Días. Las fronteras en Medio Oriente cambian con las guerras, y eso se debe justamente a que no hay una paz consolidada y definitiva, y eso creo que es relativamente común a todos los paises que sufrieron un proceso de descolonización tardío.

Ahora yendo a la pregunta que efectúas: ¿se puede separar la anexión/unificación de Jerusalem del contexto histórico de la Guerra de los Seis Días?

Pues, como siempre, vayamos por partes.
En primer lugar es lógico que no puede haber anexión/unificación sin primero existir la Guerra de los Seis Días.
Sin embargo, la guerra de los seis días es una cuestión totalmente diferente de la anexión/unificación de Jerusalem, y responden a cuestiones totalmente distintas.
Para hacer una analogía: para que te compres una Ferrari es necesario que estés viva (¿como comprarlo sino?). Sin embargo nada tiene que ver el hecho de vivir con el de comprar una Ferrari.

La Guerra de los Seis Días respondió a una eminente guerra. Pronto pondré un post al respecto.
La anexión de Jerusalem fue en 1980, 13 años despues de la Guerra de los Seis Días, 7 años despues de la Guerra de Yom Kippur y un años despues de la firma de la paz con Egipto entre Beguin y Sadat.
El contexto político israelí era totalmente distinto. El contexto político arabe era un poco distinto. El contexto mundial era distinto.
Creo que todo esto tira por la borda la tesis de Salva de que los objetivos de la Guerra de los Seis Días era la anexión de Jerusalem.
Justamente Israel intenta evitar el enfrentamiento con Jordania: ¿para que abrir dos frentes?
Cabe recordar que fue Jordania quien atacó a Israel, creyendo que Egipto había destruido la Fuerza Aerea Israelí (Nasser estaba tan abochornado por su derrota que no tuvo el coraje de decirle al Rey Hussein que Israel había destruido la flota aerea egipcia, y en cambio le mintió)

La disyuntiva que planteas creo que es un poco extrema, pero existe. Si los arabes no tuvieran un enemigo en común (Israel), estarían peleandose entre ellos: nacionalistas contra islamistas, shiitas contra sunnitas, ricos contra pobres, etc. El caso patente es el de los palestinos en Gaza: despues de la retirada israelí surgieron todas las contradicciones entre Hamás y Al-Fatah. Están en guerra civil, por más que lo solapen de una u otra forma. En el año muerieron muchos mas palestinos en luchas internas que en luchas contra israel.
Pues en el caso de Israel es un poco distinto. Si milagrosamente se firmara una paz sólida con los palestinos, con los sirios, con iran, etc., creo que los israelíes tendrán que ponerse a resolver ciertas contradicciones no resueltas de su sociedad. Y una de las mayores contradicciones es la de los ultrarreligiosos antisionistas que viven en Israel pero no reconocen al Estado de Israel, la de los arabes-israelíes que no reconocen al Estado de Israel y la de los ultranacionalistas que quieren un Estado de Israel sin arabes, y mas grande.
Sin embargo, es impensable que los israelíes entren en un enfrentamiento armado entre ellos mismos. En primer lugar porque existe una mayoría bien definida que se opone a cualquier tipo de enfrentamiento interno. En segundo lugar, porque los israelíes si supieron controlar y unificar los ejercitos irregulares pre-estatales. En tercer lugar, porque los grupos fundamentalistas judíos en israel son perseguidos.
Una prueba de eso fue el desalojo de los colonos en Gaza: se esperaban muchas cosas, pero lo cierto es que la oposición de los colonos se limitó a una resistencia no-violenta, excepto algún caso donde hubo algún que otro forcejeo.
Creo que Salva aquí tiene un punto a favor: la descolonización, compartir Jerusalem con los palestinos, efectivamente traerá un conflicto político interno grande en Israel. ¿So what? Barak puso esa oferta en el tablero, y fue rechazada.
El lider palestino que decida hacer la paz con los israelíes también sufrirá una convulsión politica interna muy grande. Y, arriesgo a decir, una guerra civil.
¿Que le pasó a Sadat cuando firmó la paz con Israel? ¿Que le pasó a Rabin cuando intentó acercar posturas?
Como digo siempre, el problema son los fundamentalistas. Por suerte en Israel son minoría... pero en la ANP gobierna Hamás, y la alternativa moderada es.... Al Fatah!

Finalmente, Sandra, pasaré a responder tu ultimo comentario:
yo creo que la realidad es que los vencedores imponene condiciones, los vencedores anexionan territorios, y la victoria sí da derechos. No digo que esté bien, no pretendo hacer un juicio valorativo al respecto. Pero si uno mira la historia se da cuenta que es así. Siempre ha sido así. En este sentido, creo que la frase de Aristoteles es muy adecuada: "la unica verdad es la realidad". La realidad es esto que te dije.
Ahora bien, si me preguntas a mí creo que, mas allá de que Jerusalem sea el lugar desde donde Mahomma subió a los cielos o no, mas allá que la Mezquita de Al-Aksa que está en Jerusalem sea o no sea la Mezquita de Al-Aksa que dice el Koran, mas allá de un montón de cuestiones, la realidad dice que si no se comparte Jerusalem, no habrá paz posible.
Y nuevamente, la unica verdad es la realidad, y la realidad es esa.

Está claro que Jerusalem no es un trozo de territorio cualquiera, ni para los judíos, ni para los cristianos, ni para los musulmanes. Y repito: mas allá de que (históricamente hablando), los musulmanes tienen casi nula relación religiosa con Jerusalem. Su nucleo es la Meca. Esto ya lo traté en el post sobre la mezquita de al-aqsa.

Nuevamene, me parece correcto el hecho de que recalques que la desocupación, compartir Jerusalem, etc., es solo una condicion necesaria para la paz, pero es solo una de muchisimas condiciones necesarias, tanto para los israelíes como para los palestinos. Eso está, si recuerdas, en el post "Dialogos y Discusiones (II)"

Saludos!
BP
pd: Salva, nada de lo que usted haga me puede parecer una descortesía.

Anónimo dijo...

BP, muchas gracias por la respuesta. No tengo tiempo ahora de leerla en detalle, pero lo haré en cuanto pueda, y tal vez surjan más preguntas o comentarios de mi parte.

Anónimo dijo...

Primero: Me gustaría que, al igual que buenaprensa critica a los fundamentalistas judíos, en los sitios de internet árabes se criticara de igual manera el fundamentalismo islámico.

Segundo: Es cierto que la anexión de Jerusalem en gran parte es independiente de la Guerra de los Seis Días... ¿y qué?
Jerusalem es la capital indivisible del Estado de Israel y todo el pueblo judío.
Por supuesto el tema central es Jerusalem y lo que representa para la historia humana. A mi forma de ver esta ciudad debe estar abierta a todos las personas, a todas las crencias, .... pero no nos equivoquemos, hay
UNA SOLA Jerusalem. Y es judía. Y es la capital de Israel. El resto deben ser, y son, bienvenidos. Como visitantes, como amigos. Pero nunca se debe permitir que se ponga en duda su situación a través de conceptos como "ciudad compartida", "ciudad internacional", "ciudad multireligiosa", ... por bien intencionados que estén algunos de los que hacen esas propuestas se equivocan. Solo sería un paso para la total islamización de la Jerusalem. Y ya sabemos lo "abiertos" y "tolerantes" que suelen ser los musulmanes con los demás credos. Su "respeto" es proverbial.
Dividir Jerusalem constituye un crimen. ¿Acaso se discute compartir Buenos Aires con Chile? ¿acaso se discute compartir Madrid con Portugal? no veo razón para discutir una división de Jerusalem. Es la capital entera y unificada de Israel.

Anónimo dijo...

el problema en la guerra de los seis dias fue que Eshkol no tuvo huevos para echar definitivamente a esa lacra invasora musulmana que todavia pulula en Eretz Israel.
Los enemigos de adentro(Arabes israelies) Y LOS de afuera(PALESTINOS)debian haber sido transportados hacia campos de refugiados en Jordania siria y libano
Lo que no se hizo entonces,cuando no existia la tv satelital es casi imposible realizar ahora.
Aunque yo creo que aun hoy,y en condiciones desfavorables para hacerlo,transferir a esa poblacion enemiga hacia cualquier parte es una previsa undispensable para nuestra subsistencia como estado judio en medio oriente
Transfer ya!!!!

Buena Prensa dijo...

Bajur Tov:

Disculpame los términos, pero te fuiste al re carajo con tu comentario. De más está decir que estoy en total desacuerdo con tus palabars.
Ahora estoy medio apurado, despues te contesto con más tiempo.

Saludos!
Buena Prensa

Anónimo dijo...

Hola, BP:
- tratas de desmontar mi referencia a la guerra del 67 como una guerra de ocupación, basándote en la fecha de "anexión oficial" de Jerusalén. Difícilmente podría Israel haberse anexionado nada que no hubiese sido conquistado previamente. Si te refieres a la deferencia de esperar 23 años para hacerlo, no sé qué prueba eso. La anexión de hecho (ocupación y colonización) se produjo inmediatamente después de la conquista militar.
- el reconocimiento de la línea verde como base para establecer las futuras fronteras es la única base para iniciar cualquier proceso de paz con un mínimo de éxito. Decir que en Oriente Medio las fronteras cambian con las guerras no ayuda en absoluto a la causa de la paz.
En todo caso, me hubiera gustado seguir hablando sobre la responsabilidad de la sociedad israelí en el hecho de que sea la cola la que mueve al perro.

Sandra:
No pienso que el único motivo de la guerra del 67 fuese la ocupación de territorios. Evidentemente, influyó la presión de los países árabes sobre Israel, y el momento psicológico que atravesaba la sociedad israelí (la sensación de vulnerabilidad, falsa, y hábilmente utilizada por el ejército sobre el poder civil, por cierto). Pero sí pienso que fue el principal. De hecho, no me interesan mucho los motivos de aquella guerra, si no sus resultados: la ocupación y la colonización. Veo que BP ha abierto un hilo sobre este tema; comentaré el tema allí.

Tampoco pienso que la devolución de los territorios traiga de forma automática la paz. Desde luego no servirá de nada si los grupos armados palestinos no cesan sus ataques sobre Israel y no reconocen (ellos y los países vecinos)su derecho a existir. Pero eso no sucederá hasta que Israel declare de forma inequívoca que el fin del proceso es la vuelta a la línea verde, y una solución razonable al problema de los refugiados. Los palestinos viven desde hace 40 años bajo ocupación militar en condiciones infrahumana, con más de 200.000 colonos en su territorio, y reciben casi a diario ataques del ejército israelí, en algunos casos de forma indiscriminada sobre la población civil. Y el origen de todo eso fue la ocupación israelí en la guerra de los seis días. No es razonable esperar que sean ellos la parte moderada del conflicto.

Por último, no opino que todo lo que hizo, hace o hará Israel carezca de justificación. No entiendo de dónde sacas eso.

Un saludo.
Salva

Anónimo dijo...

Hablando de mesiánicos, aquí tenemos a Andrés: Jerusalén es una y judía. Punto.

Bajur Tov, tu propuesta de limpieza étnica es repugnante. Ignoro si eres ciudadano israelí. Con que la mitad de ellos pensaran lo que tú, habría razones de sobra para animar a los palestinos a seguir luchando hasta la muerte. Flaco favor haces a Israel.

Un sludo.
Salva

Anónimo dijo...

Yo no soy mesiánico judeófobo de mierda llamado salva. Lo que yo soy es REALISTA y JUSTO. Si tu pides la entrega de Jerusalem o su división, yo pediré que tu pueblo le entregue Madrid a Portugal. Así de simple. Y la supuesta "limpieza étnica" de bajur me parece mucho menos condenable que las intenciones genocidas de muchos líderes palestinos, árabes e iraníes que pretenden echar a los judíos al mar o destruir a Israel. No te veo condenando los comentarios genocidas y antisemitas de ciertos personajes con la rapidez que criticas a bajurtov... (ejem... Marmolejo)

IMBÉCIL

Anónimo dijo...

gracias amigo Andres por defenderme.
Pero en cabezas ''zapateras'' no entra otra cosa que una cafiah,je,je je...

Anónimo dijo...

Tienes razón, Andrés. Recuerdo que en una ocasión dijiste que tú no crees en la llegada del Mesías, así que rectifico:

"Hablando de quienes defienden las mismas tesis que los mesiánicos, aquí tenemos a Andrés: Jerusalén es una y judía. Punto."

Mientes sobre mis comentarios: has leído mis críticas a Marmolejo, José María y Bactrio en otros blogs, pero te da igual.

En ora ocasión te pedí que no me insultases, y funcionó. Vuelvo a pedírtelo.

Un saludo.
Salva

Anónimo dijo...

BP, han pasado varios días y no hay manera de que pueda dedicar más que un corto rato a este tema, así que van de nuevo un par de comentarios sueltos:

“La disyuntiva que planteas creo que es un poco extrema, pero existe”

Esa disyuntiva no la planteo yo, de acuerdo a tu post la plantea M.W:

“... De manera que ahora se lo coloca ante la disyuntiva: un eventual acuerdo con los palestinos requiere la evacuación de poblaciones y asentamientos, y la eventual evacuación de asentamientos entraña el peligro de actos violentos y guerras fratricidas.

Es decir: una minoría fanática ha colocado a la mayoría sensata de este país ante la elección: guerra eterna con el mundo árabe o guerra interna entre nosotros.”

Precisamente, yo la estoy cuestionando, porque me parece demasiado simplista. Por un lado, porque la minoría fanática no hubiese triunfado en unificar (o anexionar, si lo preferís) Jerusalem de no ser porque la mayoría -tácitamente o por omisión, o tal vez de manera activa- lo aceptó. Y lo aceptó, es mi impresión, porque Jerusalem tiene un significado muy especial para los judíos. También comparto las otras razones que vos exponés.

Aclaré que no necesariamente comparto el concepto de que la victoria no da derechos. Sí he notado que en el concepto de algunos, o tal vez de muchos, es comprensible que los estados hayan anexionado territorio tras ganar guerras, siempre y cuando eso haya ocurrido siglos atrás. Para ellos, tal cosa no es aceptable en el siglo XX, o después de la II guerra mundial, o tal vez solo en el caso de Israel.

Anónimo dijo...

Sandra: Saludos. Para mi la conquista y anexión de territorios está justificado solo si dicha anexión es realizada por un país que fue ATACADO o AGREDIDO y no fue el culpable de iniciar esa guerra por la que salió triunfante. Es decir, si Israel durante la Guerra de la Independencia fue atacado sin motivo, en una guerra de extermino, por cinco ejércitos árabes regulares y en medio de la guerra el Estado agredido triunfó y conquistó territorios, me parece que tiene todo el derecho de anexar los mismos. Lo mismo sucede para la Guerra de los Seis Días: los árabes provocaron una guerra, perdieron y ahora se joden, a la vez Israel tiene todo el derecho de anexar los territorios que conquistó de manera legítima en una guerra defensiva. Desde ya que hay algunas partes de Judea y Samaria (como Jenín, Ramalla, Belén, etc) que no se pueden anexar debido a su enorme población árabe, pero sí creo que hay ciertas zonas de Judea y Samaria (como la ciudad de Ariel, partes de Hebrón, la zona de Gush Etzión, etc) que se pueden y DEBEN anexarse a Israel. Jerusalem es un asunto aparte: es la capital liberada y unificada del Estado de Israel y no se discute ni se divide. De nuevo saludos.

 
Free counter and web stats